Miguel Rodríguez Villafañe: “Lo humano por sobre lo trascendental”

“Cuando la justicia se asoma… Historias para reflexionar” es el libro que presenta el ex juez federal y abogado constitucionalista. El texto consta de diez relatos reales pero ficcionalizados en donde el autor reflexiona acerca del alcance de la Justicia y la incidencia en la vida de las personas.

Por Myriam Mohaded*

Con una amplia trayectoria en la esfera judicial,  Miguel Rodríguez Villafañe dice que a sus setenta y tres años decidió escribir, para el recuerdo y la memoria de las nuevas generaciones, crónicas de vidas sencillas, que tratan aparentes simples temas y su encuentro con la justicia. De vidas que no trascendieron en la esfera pública, pero a las que la justicia las atravesó. Diez narraciones  enmarcadas entre 1984 y 1990, que se encarnan en historias en donde emerge la simpleza, la inocencia, las angustias y contradicciones de quienes las vivenciaron. Los relatos se alternan al son de un péndulo que intenta cierto equilibrio  y sucedieron cuando al asumir con treinta y dos años fue designado Juez Federal Nº1, durante la presidencia de Raúl Alfonsín.

El impedimento de casarse de un gendarme.  La experiencia de convivencia de una comunidad gitana. Una  maestra que no se concibe digna de presidir una mesa electoral. Y así, uno tras otro, narran  hechos de vida cotidiana, sencillos y “la perspectiva de la ley vigente en esos momentos, podamos hallar caminos superadores para meditarlos”, dice Villafañe.

El prólogo del libro lo  escribió la escritora María Teresa Andruetto, quien aduce que esa “focalización en pequeñas escenas vividas  por personas sencillas, esos relatos en tono menor, son hallazgos de alto voltaje afectivo a la vez que nos permiten recorrer, paisajes, culturas regionales y sectores sociales a través de los que puede él y ahora podemos nosotros  ver, escuchar y aprender”.

El texto editado por Eduvim, se presenta este viernes 29 a las 19 en la sede de la Universidad Nacional de Villa María, en Córdoba (Finochietto 244, barrio Colinas de Vélez Sarsfield). En la misma estará acompañado por Silvia Barei  y  Jorge Carranza.

Historias para reflexionar

Las historias sucedieron entre 1984 y 1990,  cuando la justicia se asomó a sus vidas y cuando asumió a los treinta y dos años su labor en la Justicia Federal. Los nombres de las y los protagonistas son ficticios, como algunas ubicaciones de los hechos y presupuestos motivadores, pero las referencias son reales, comentarios y aspectos que se mencionan en las historias, lo que utilizo con el fin de nutrir el paisaje.

“En el mundo judicial hay historias que repercuten en lo social, político, económico y /o mediático, pero también hay historias menos llamativas en su trascendencia pública y , no obstante, esencialmente valiosas para quienes viven un problema ante la ley  que les afecta o condiciona”, comenta el abogado.

– Las diferentes historias que relata parecieran ser la trastienda de lo que en los fallos judiciales muchas veces no se dice. Historias vinculadas al amor, la dignidad, el dolor, el fracaso, los dilemas.  ¿Qué lo motivó a relatarlas?

Fundamentalmente, porque la actividad judicial implica el encuentro de dos tareas: la del juez o jueza que desde la ley debe interpretar relaciones humanas y la de él con la persona que entra en el contexto legal.

La importancia de las historias simples, sencillas que narro de manera ficcionadas, en general, tienen que ver con la solución jurídica que se encara, que no es un mero análisis de jurisprudencia sino del encuentro humano que tiene que haber entre quienes administran justicia y aquellos/aquellas a los que les manejan su honor, libertad y sus bienes.

La Justicia tiene que empezar a tener calor y no un frío análisis que se aproxima a algoritmos matemáticos que no contemplan la policromía de la vida. No todo es igual. Lo que se busca es que el juez conozca el corazón humano.

-En su experiencia en los diferentes cargos que tuvo dentro de la justicia, ¿de qué manera y cuándo la “Justicia se asoma a nuestras vidas”?

En realidad, todos los días se asoma a nuestras vidas. Lo que sucede vinculado a la opinión pública, es  por lo general lo que trasciende,  son los casos de importancia económica, política o mediática. Pero, difícilmente, ocupe espacio el hecho mismo de administrar justicia en casos concretos con personas que se las tenga en cuenta en su situación. Por otro lado, como narro en algunas historias del libro, el Poder Judicial debe simplificar el lenguaje jurídico sin perder la calidad técnica.

 -En el proceso de escritura, las historias que narra están construidas con un lenguaje despojado, distante del jurídico, ¿por qué?

Casualmente porque la vida es mucho más rica de narrar desde lo simple que desde el  lenguaje jurídico con latigazos  o frases críticas, que oscurecen la transparencia que deben tener las resoluciones judiciales.

Por eso, en general, cuando fui juez, si bien en mis fallos era necesario muchas veces usar argumentos técnicos; luego me cuidaba de poner un párrafo que traducía de manera más elemental aspectos de difícil comprensión.  Eso es esencial en un estado democrático en el que los administrados, o sea las personas sometidas a la Justicia, puedan comprender de algún modo lo que se resuelve en una sentencia respecto de ellas sin necesidad de contar con asistencia técnica.

– ¿Cómo incide lo mediático en la narración de las historias judiciales? ¿Existe cierta dependencia de la Justicia acerca del tratamiento de diversos temas en los medios de comunicación?

Sí, por supuesto que existe hoy más que nunca, porque los medios muchas veces aplican condenas de las que nunca se sale. Además, el tema nunca se ha complejizado. Por ejemplo, sucede que aparece una persona como sospechada de un delito, el periodismo publica en primera página. Ahora bien, esa persona demuestra su inocencia y sale la noticia. Pero, el tema es que en Internet no se vincula la nueva noticia con la primitiva. Cuando se inicia una búsqueda en las redes, a la persona le aparece la imputación delictiva, pero los buscadores no necesariamente vinculan esa relación con el sobreseimiento posterior. En Internet, casi nada desaparece, por eso es necesario trabajar de manera vinculante en la red.

– ¿En base a qué criterios eligió las historias?

Por la diversidad y la policromía de paisajes que generaban.

– ¿En dónde queda la dimensión humana en el sistema judicial?

En la actividad del poder judicial es difícil dejar a salvo la personalización cuando hay una sobrecarga de tareas. Por ley habría que determinar cuántos jueces o juezas por temática deberían estar conforme a la cantidad de problemas y personas de la población.

Particularmente, otro tema que hoy se da, por falta de consenso político, es que hay en el poder judicial gran cantidad de vacantes que no se cubrieron. O sea, faltan jueces.

-¿Cómo cree que inciden los procesos de digitalización e incluso de Inteligencia Artificial en el acercamiento a la esfera judicial de los casos?

Para organizar el material ayuda tanto la digitalización como la inteligencia artificial. No es lo mismo, como en otros tiempos, buscar jurisprudencia en grandes biblioratos, en bibliotecas, que ahora que está en soporte magnético y con cierta facilidad para bien. De igual forma en lo que hace a los escritos en donde uno debe estar tachando  y superponiendo conceptos. Ahora bien, no podemos dejar de tener presencia que es un soporte para tomar una determinación que debe pasar por el tamiz humano de cada caso ya que no todos son iguales.

Tapa del libro Editorial eduvim

Del autor: Doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Abogado y notario, por la Facultad de Derechos y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba. Columnista en numerosos medios de comunicación. Abogado especialista en cooperativas y mutuales y en derecho a la información y la comunicación.

*Periodista. Foto de Portada: La Ranchada. Interna, gentileza del autor.   

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