El Grupo de Curas en la Opción por los Pobres le respondió a los dirigentes de Juntos por el Cambio quienes afirmaron que el asesinato de Fabián Gutiérrez era un caso de “extrema gravedad institucional”. El título retruca la afirmación y es la gota que colmó el vaso. “Parece no importarles hundir a la misma patria, con tal de que fracase el actual gobierno. Cuando la inmoralidad se enseñorea de la política, se disuelven las bases de la convivencia y la cohesión social”, expresa un fragmento del texto.
Por Redacción*
Los sacerdotes dieron a conocer su postura a través de un documento donde repudia “el despreciable comunicado de la dirección de Juntos por el Cambio con ocasión del asesinato de Fabián Gutiérrez. Apoyados en una Carta del Apóstol Sal Pablo y desde una “obligación evangélica nos vemos compelidos a llamar la atención sobre acontecimientos de público conocimiento de estos últimos días”, expresa al inicio.
La posición de los sacerdotes es clara y directa. Tras analizar que desde hace varios meses “la sociedad de nuestra patria viene soportando pacientemente los embates irresponsables y disolventes surgidos desde sectores importantes de la oposición al gobierno nacional. Autoerigidos defensores de la democracia y la institucionalidad, vienen pervirtiendo el legítimo derecho a la oposición y al disenso atacando sistemáticamente las bases de la misma institucionalidad y la democracia”.
En esta dirección considera que estos políticos “por cuenta individual y direcciones partidarias” cuentan con la “complicidad de buena parte de los medios de comunicación” para llevar adelante acciones tendientes a “minar la autoridad política y moral” de quienes tienen la responsabilidad de gobernar en en un contexto “de enormes dificultades sanitarias, económicas y sociales”.
“Hemos tenido que asistir (y soportar) impávidos a peligrosas argumentaciones anticuarentena, llamamientos a concentraciones que ponen en riesgo la salud de los asistentes (llevando probablemente al contagio y la muerte a un participante y activo convocante de esas protestas), invitaciones a armarse, amenazas de separatismos provinciales y otra larga colección de etcéteras: todo fundándose en la tergiversación de la verdad y mentiras lisas y llanas”, grafican.
Tras cartón afirman que el asesinato de Fabián Gutiérrez “ha llevado la paciencia ética de la sociedad al límite de lo tolerable” cuando sin tener pruebas califican al hecho de una “extrema gravedad institucional”. Y es aquí donde retrucan que dicha postura revela la “extrema inmoralidad” y la catadura ética de quienes dicen “representar la civilización”. “Parece no importarles hundir a la misma patria, con tal de que fracase el actual gobierno. Cuando la inmoralidad se enseñorea de la política, se disuelven las bases de la convivencia y la cohesión social”, añade, el contundente mensaje
“Estamos convencidos de que es precisamente esa disolución lo que estos “dirigentes”, verdaderos agentes del mal, se han propuesto como finalidad: imposibilitar el diálogo y la búsqueda de los consensos necesarios para atravesar la crisis que atraviesa nuestra patria y de la que en buena medida han sido responsables”. En esa línea, destaca el texto, que ellos como cristianos y sacerdotes, y la ciudadanía en general tienen la obligación de “expresar nuestro repudio y desprecio de este modo de obrar. Hacemos un llamamiento a la sociedad entera, independientemente de sus simpatías políticas, a demostrar que no estamos dispuestos a dejarnos dirigir por el odio y la mentira”, concluye.
*Fuente: Secretariado del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres, 6 de julio de 2020.
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