Cientos de miles de trabajadores son despedidos a diario del estado por el gobierno de la coalición La Libertad Avanza (LLA). Esta historia singular permite ver cómo impacta en la vida de cada familia la motosierra que aplica Javier Milei.
Por Katy García*
Viviana María Alegre es la madre de Facundo Rivera Alegre, también conocido como El Rubio del Pasaje, desaparecido el 19 febrero de 2012. Desde aquella noche fatídica, no ha cesado en la búsqueda del joven que salió con amigos a disfrutar de una banda de cuarteto y nunca regresó. Todos los días se lo extraña, le dijo dos años atrás a Prensared.
En 2013, ingresó a trabajar en el Centro de Referencia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación en Córdoba. Cumplía una jornada de trabajo de ocho horas, realizaba un conjunto de tareas y cobraba un salario.
El pasado 30 de junio, vía correo electrónico institucional, el gobierno de Javier Milei y su ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, le informaban que dejaban de contar con sus servicios.
Durante once años registró a personas independientes en el Monotributo Social, herramienta que les permitía facturar, contar con una cobertura de salud, y aportar para una futura jubilación. Participó en operativos interministeriales brindando asesoramiento a quienes lo solicitaban. En relevamientos de comunas y municipios, comedores y merenderos. Colaboró además en agilizar gestiones a numerosos ciudadanos que no podían viajar a la ciudad de Córdoba o a Buenos Aires. Por caso, pedidos de medicación oncológica, turnos para cirugías o trasplantes, y hacer el seguimiento del trámite.
Sin sueldo ni obra social
“El viernes 28 de junio me reintegré después de una cirugía de vesícula que fue debidamente informada a Recursos Humanos quienes me otorgaron la licencia médica mediante el certificado presentado con la firma del cirujano”, afirma Viviana a este medio.
Cabe destacar que días atrás -el 26 de junio- se había realizado un conjunto de estudios médicos (análisis, radiografías y tomografía) cuyos resultados daban cuenta de una enfermedad crónica que debía ser medicada. Como contaba con la obra social pudo acceder a los remedios pertinentes que luego dejaron de entregarle desde el pasado 30 de septiembre. “Aun así, nunca dejé de asistir a mi lugar de trabajo y mi nieta Rocío me ayudaba”, lamenta, esta mujer que ha pasado por innumerables situaciones dolorosas.
Sin trabajo ni techo
Como si esto fuera poco “En medio de esta vorágine la casa que alquilé durante 11 años tuve que entregarla en agosto porque no me renovaron el contrato y después comenzaron a demoler el inmueble”. Ante esta situación “He hablado con diferentes personas que me conocen desde la lucha de la desaparición de mi hijo y que podrían hacer algo al respecto ante el gobierno nacional, pero hasta ahora no logré ninguna respuesta positiva”. Desde el sindicato UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación) al que está afiliada, le informaron que “siguen negociando la reincorporación de las y los despedidos desde marzo” hasta ahora porque cada tres meses dejaban en la calle a numerosos empleados.
En este sentido, contó que ha enviado telegramas rechazando la medida, mensajes mediante correo electrónico. Adjuntó documentación con el listado de las tareas realizadas en el organismo y la constancia de la tenencia compartida de su nieta Rocío Rivera (13) junto a su madre, más la situación de su salud. Tales reclamos fueron reiterados ante los funcionarios actuales sin que hasta ahora haya recibido respuesta alguna.
Actualmente, tuvo que guardar los muebles y demás pertenencias en un depósito porque está pernoctando momentáneamente en una pieza donde apenas puede tener la ropa en bolsas, la documentación y los apuntes de la facultad porque intenta seguir cursando la licenciatura en Sociología. Es notable cómo la pérdida de trabajo complejiza la vida cotidiana de miles de trabajadores.
Mientras tanto, agrega, en estos meses “entregué currículos en numerosos lugares entendiendo que por más capacitación, experiencia y estudios, la edad es un detonante difícil. Aun así lo hice y lo seguiré haciendo”, manifiesta.
Cabe subrayar que se anotó en el Programa mayores de 26 años, promovido por el gobierno de la provincia y destinado a personas desempleadas que no tengan un empleo registrado. Por ahora, ofrece apoyo escolar en inglés a niñas a domicilio.
Por la reincorporación
“Obviamente que apuntamos prontamente a tener un lugar donde podamos reunir nuestras cosas, estar juntas con mi nieta como antes, poder disponer de nuestro espacio y lograr la reincorporación para poder acceder a mi jubilación; seguir criando a mi nieta y tener una vida digna por ella y por mi salud física y mental. Por eso, ¡no dejaré de luchar!”, sostiene esperanzada.
En 2022, recibió el Premio José María Aricó 2021, distinción que la Facultad de Filosofía y Humanidades (FFyH) de Córdoba otorga cada año a la trayectoria social y política de una persona. Aquella tarde afirmó: “Mi lucha fue, es, y será colectiva y este reconocimiento es en gran parte de todos ustedes, que me acompañan y me siguen enseñando”. En su largo recorrido junto a Familiares de víctimas de gatillo fácil se acompañan unas y otros quienes han pasado por situaciones similares y se fortalecen en diferentes momentos.
Viviana y Rocío, esperan también que aparezca el cuerpo para hacer el duelo. Por eso, esta mujer, no cejará en la búsqueda a pesar de que la justicia haya cerrado el caso. No pierde la esperanza de que más temprano que tarde se abra una puerta para que el estado y la justicia lo busquen.
*Periodista. Agencia Prensared. Foto gentileza álbum familiar.
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