Luis Miguel Baronetto querellante en la causa declaró como testigo en el juicio que tiene como imputado al exsecretario penal Carlos Otero Álvarez que se ventila en el TOF2. Durante más de dos horas narró los hechos ocurridos hace 48 años.
Por Katy García*
Este miércoles próximo pasado se realizó la penúltima audiencia de este año del juicio n° 15 que se desarrolla en el Tribunal Oral Federal 2, en Córdoba. Durante más de dos horas, el testigo Luis Miguel Baronetto revivió lo que le ocurrió durante el secuestro y torturas el 15 de agosto de 1975 cuando una patota lo secuestró junto a su esposa Marta Juana González. Luego los torturan en el D2 y los trasladaron a la Unidad Penitenciaría 1 (UP1). Da cuenta de las repetidas veces que denunció ante el Juzgado n°1 a cargo del juez Adolfo Zamboni Ledesma(fallecido) y el secretario Penal Carlos Otero Alvarez.
Baronetto narró que aquella noche a eso de las 2 de la madrugada, una patota vestida de civil golpeó la puerta de su casa, donde se encontraba durmiendo junto a su esposa y la hija de ambos de 10 meses. Se levantó, abrió la ventanita de la puerta y se topa con el caño de un arma larga. La cierra y pregunta quiénes eran y se presentaron como policías. “Ingresan atropelladamente” y permanecen alrededor de media hora. “La llevan a mi mujer para que deje a nuestra hija en la casa de la familia Villagra” y luego los llevan encapuchados, en autos diferentes, al Departamento de Informaciones de la Policía (D2) donde fueron torturados. Lo mismo le pasó al matrimonio conformado por Luis Pihen y Eva Zamora de Pihen, y a Miguel Ángel Rodríguez “todos militantes de la Juventud Peronista de Villa El Libertador. Fueron torturados y lo denunciaron ante los tribunales”.
El testigo evoca que el día anterior habían secuestrado y asesinado a la familia Pujadas y los eliminaron a todos y tiraron en pozo. “Pensamos que ese era nuestro destino: un pozo”. Más, cuando en el D2 escuchó que alguien dijo: “Esas capuchas no; porque son las de los Pujadas. Qué otra cosa podíamos esperar”., dice.
Denunció las torturas y nunca se investigó
Luego, puso el foco en las torturas tema que le cuesta relatar aunque lo hizo en varias oportunidades a pedido de los fiscales. “Pero de todas maneras está relatado en mi primera declaración que hice en los tribunales federales ante el juez Zamboni Ledesma y el secretario Otero Álvarez. Ellos, fueron los primeros en saber sobre las torturas pero ninguno investigó”, dice mientras levanta unas fotocopias que contienen las declaraciones que describen las torturas recibidas por él y su esposa “quizá peores que las mías” firmadas por los funcionarios Otero Álvarez y Adolfo Zamboni, completa.
En el D2, tras recibir una andanada de golpes, se acercó Charlie Moore, quien lo saludó con un Hola Vitín, le levantó la capucha y le dijo: mirá como tenés ese ojo. Y la trajo a Marta al lugar. Luego, intentó levantarlo y no pudo. Buscó a otra persona que resultó ser el comisario Esteban. De ahí lo llevaron al Policlínico Policial donde permaneció internado, esposado a la cama, varios días.
Fue ahí donde el policía que lo custodiaba que era de Villa Libertador le dijo: “Vitín está jodida la mano” y le contó que habían atacado el Cabildo”. Después se enteró del episodio. Al rato, vino la patota y le dijo: ustedes nos mataron cinco así que te vamos a matar a vos. Y lo sacaron caminando. El jefe que era mayor de edad que el resto le dijo: de aquí te llevamos al embudo. Si te querés escapar hacélo. Pero no se prendió en la propuesta. Lo subieron de nuevo al piso del auto y lo llevaron a la Unidad Penitenciaria.
Para el testigo, “Otero Álvarez, conoció, supo, y escuchó las torturas. Lo mismo que el juez que ya está muerto”. Y hace una observación respecto a la sentencia del juicio de los magistrados que absolvió al imputado. “Uno de los defensores se esmeró en decir que no habíamos denunciado las torturas, pero resulta que cuando Zamboni Ledesma y Otero Álvarez nos decreta el procesamiento aluden a la existencia de apremios ilegales menos en mi caso y en el de Rodríguez que dice malos tratos”. En esa dirección remarcó “la defensa corporativa realizada por Julián Falcucci, en 2017.
Fusilaron a su esposa y no le avisaron
“Nunca fui notificado de la muerte de mi mujer. Ambos estábamos bajo la responsabilidad del juzgado n° 1, porque teníamos una causa penal. Entendía yo que ningún preso podía salir sin orden del juez”, dijo Baronetto. Aquél día, habían sacado a varios presos pero no tenían el dato de la mujer. Recordó que por la noche, prendían “La Cantora”, una radio a pilas que tenían escondida debajo de una baldosa para escuchar el noticiero de Radio Universidad a eso de las 23, porque pasaban el comunicado del Tercer Cuerpo. (De paso homenajeó a aquella emisora que ahora quieren privatizar).
Estaban al corriente de que no hubo ningún “enfrentamiento, era una absoluta mentira porque ya los habíamos visto salir a: Yung, al Chicato Mozé, al Tero Hernández, al Pato Svagusa, al Chicato Mozé y al Gordo Verón, maniatados y amarrados por Yanicelli”. Como será que al otro día, el guardia cárcel les dijo azorado: “los mataron a todos, aquí cerca”. Casi todos, estaban bajo la responsabilidad del juzgado n°1.
Cómo se enteró de la muerte de Marta
“¿Y cómo me enteré yo y cuándo? Fue el 5 de noviembre, pero no lo supe por el juzgado que ni siquiera se lo comunicó a mi abogado que era (Luis) Angulo”, revive, el testigo.
¿Que noticias tenés de la Marta? -le preguntó un preso que recién ingresaba. Le contestó que “debía estar con las mujeres en el pabellón 14, supongo que bien. Y no me dijo nada”. Al tiempo, se dio cuenta de que no se animó a decirle la verdad.
A la tarde, recibió una larga carta escrita en papel higiénico por un compañero de Santa Fe, de izquierda, de apellido Spert militante de la Juventud Universitaria peronista (JUP) que le hablaba del compromiso político y las convicciones peronistas lucha por la liberación hasta que le dijo -“Mirá, la mujer que sacaron el otro día-se produce un silencio prolongado- es la Marta”.
“No lloré, se me atragantó acá-dice señalando la garganta- porque pensé en mis dos hijos Mariana y otro, que había nacido en la cárcel”, dijo con la voz entrecortada. Retoma el relato y se acuerda de un compañero, un poeta, militante de izquierda, ateo, que recitó una plegaria tan fuerte que “me levantó el ánimo. Y aquí estoy, para denunciar esa muerte y esperando que se haga justicia completa”.
Marta Juana González fue retirada de la cárcel y fusilada el 11 de octubre de 1976 junto a Pablo Alberto Balustra, Jorge Oscar García, Hugo Oscar Hubert, Miguel Ángel Ceballos y Florencio Esteban Díaz. Cabe recordar que en total fueron 30 los militantes asesinados. Dos en el interior de la prisión y 28, en tandas. El modus operandi se completaba con los fusilamientos disfrazados como un “enfrentamiento”. Después, mediante un comunicado de prensa emitido por el Tercer Cuerpo que los medios difundían.
Enfrentamiento armado
Para el querellante lo “más trágico de la resolución que escriben Otero y firma con Zamboni es la expresión: “en un enfrentamiento armado fue muerta Marta Juana González. No solo es mentiroso – porque Vicente Meli a cargo de los comunicados no habla de enfrentamiento armado– Y es esto lo que he recriminado como un lastre histórico que permaneció en todos los interrogatorios. Y no solo eso, mis hijos tuvieron que padecer que digan que su madre había muerto en un enfrentamiento armado cuando todos sabíamos que no fueron muertos así. Esto no se repara”. Además el certificado de defunción de la mayoría dice que la causa de muerte es por “heridas de bala”.
En este sentido evaluó que el lenguaje usado por el funcionario Otero Álvarez está “consustanciando con la jerga del terrorismo de estado” porque no fue el único caso, también está en (los comunicados) de José Pucheta y Alberto Sgandurra; Cristian Funes y Raúl Paco Bauducco. “Quien los firma es Otero Álvarez, quien dice que se enteró por noticias periodísticas. De modo que la fuente de información eran los comunicados del Tercer Cuerpo publicados en los medios”. Asimismo, leyó y mostró varias copias firmadas por el secretario penal donde se observa que le da crédito a lo que informa el jefe de los torturados (Raúl Pedro) Telleldín”.
Sierra Chica
En su extensa y detallada declaración el testigo también habló de la visita de Otero Álvarez y Zamboni Ledesma, el fiscal Díaz y un escribiente, el 22 de marzo de 1976, en Sierra Chica, con el objeto de realizarle una nueva indagatoria. Entonces, lo primero que les preguntó fue ¿Por qué mataron a mi mujer, si ustedes estaban a cargo? La respuesta de Otero Álvarez fue que lo único que tenían era lo que les informó el Tercer Cuerpo y le leyó el comunicado. Nunca se investigó”, señaló. Pidió que se investigue, pero el abogado defensor Molina le dijo que no se complique, que se trataba de un trámite, entonces, aceptó el consejo del letrado .Pero no investigaron. También se refirió a las objeciones que el imputado opuso para negarle las posibilidades de salir del país y recuperar la libertad.
Ante lo expuesto analizó que “el artífice y el constructor de la Sentencia Falcucci, invisibilizó al acusado poniendo el nombre de una serie de empleados”. Por caso, citó esta frase del texto escrito en primera persona por el presidente del tribunal en 2017. “…Porqué suponer que haya sido Otero Álvarez, como dice Baronetto, el autor de las extracciones estas, bien podría ser plausible que sea Giraudo”, un empleado fallecido al que se le podía adjudicar todo.
Para el testigo se trata de una falsedad. “Yo he sido jefe en un banco, y suponiendo que participaron los empleados como dice Falcucci en la sentencia el responsable es el jefe no el empleado. “Pero Falcucci lo saca de la escena. A tal punto que parece ser un ente que no se sabe dónde está”. Aunque más adelante el mismo funcionario dice que tampoco “queremos decir que fuera una figura decorativa”.
Hugo Vaca Narvaja (h)
Baronetto declaró que Vaca Narvaja (h) era apoderado del Partido Peronista Auténtico junto con Miguel García. Los conoció a ambos porque el mismo era miembro de la junta promotora del partido. “Así que a Vaca Narvaja lo he conocido bastante incluso en su estudio de Bulevar San Juan”. Recordó que antes de la detención, en septiembre Vaca Narvaja y Luis Prol (abogados defensores de presos políticos) presentaron un habeas corpus preventivo en el Juzgado federal n° 2, con sede avenida en General Paz 456”.
Relató que a Hugo Vaca Narvaja (h) “lo detienen el 20 de noviembre de 1975, cuando salía de la sede del Juzgado federal n°2, cuando concurrió probablemente “por las causas que llevaba, la más preocupante quizá haya sido la de Miguel Ángel Mozé referente de la Juventud Peronista y también fusilado”. Luego afirmó: “Para mí lo más importante fue lo que hizo el padre [Hugo Vaca Narvaja (p)]-una persona destacada, que había sido ministro del gobierno nacional de Frondizi -, presentó un pedido de avocamiento a Zamboni Ledesma en el Juzgado n°1, para que tomara medidas el día que lo detienen. El que recibió la solicitud fue Otero Álvarez. Pedía que lo sacaran del D2 porque además tramitaba una causa muy molesta que involucraba a varios policías por las torturas y muerte de Horacio Siriani. Y fue Yanicelli también de Cruz del Eje como la familia Siriani quien hizo el allanamiento y le sacan la causa y las fotos del estudio de Miguel García”.
El fiscal Facundo Trotta le pidió que explique quien era Yanicelli para que se enteren los jueces de otras provincias. Contó que el mencionado expolicía que cumple condena perpetua figura en su expediente porque fue uno de los que lo “interrogaron” obviamente bajo tortura.
También mencionó a las y los militantes populares que conformaban cada tanda. Desde la primera fecha cuando sacaron a Daniel Bártoli, Víctor Chiavarini y María Eugenia Irazusta y los fusilaron, hasta el último que fue en octubre con igual resultado.
Finalmente el Fiscal general Carlos Gonella le preguntó sobre las actividades relacionadas con la sociedad y la religión y la labor que desempeñaba Marta en la comunidad. “Marta se sumó al grupo de catequistas y era maestra de cuarto grado en la escuela de San José Obrero. Ahí la conozco, era la única maestra del barrio. También participó de la campaña de alfabetización Crear”.
– Usted dijo que cuando estuvo con el juez y el acusado esperaba respuestas de ellos y explicaciones que no tuvo. ¿Qué espera hoy?
-Apenas salí de la cárcel una de las primeras cosas que hice fue hacerle una nota a la jueza Cristina Garzón de Lazcano quien después encabezó el juicio por la verdad histórica. Ella conoció todo esto desde entonces. Pensé que era una obligación moral, ética mía, bregar por la justicia, porque aquí hay al menos 28 o más que no pueden contarlo. Y si yo que estoy vivo, lo contaré mil veces, en algunas me acordaré más cosas o me olvidaré de otras (…) Y si fui a la justicia antes, por qué no lo voy hacer ahora. Tengo que confiar más si ha tenido un movimiento democrático que a veces nos gustará y otras no. Está funcionando, que este juicio se haga en tiempos de negacionismo político, imaginesé, nos da absoluta esperanza. Confiamos en las resoluciones judiciales más allá de cual sea la resolución”.
La próxima audiencia se realizará el 27 de diciembre, a las 10. En Febrero se reanudará el debate.
Ver la declaración completa aquí:
*Periodista. Agencia Prensared. Foto principal En Redacción, autor: Sebastián Salguero. Registro de archivo antes de la sentencia del Juicio de los magistrados en 2017.
www.prensared.org.ar