Complicidad Judicial: “Fueron abandonados por funcionarios y magistrados que debían cuidarlos”

Este lunes, declaró por primera vez Juan Miguel Ceballos, hijo de uno de los presos  políticos alojados en la UP1 y fusilado durante la dictadura cívico militar. Es abogado y secretario del juzgado n° 3. La narrativa del testigo abordó el proceso que afrontaron las familias para deshacer la trama de complicidades del poder judicial y lograr justicia.

 Por Katy García*

Este lunes declaró como testigo Juan Miguel Ceballos en el juicio que tiene como imputado al exmagistrado Carlos Otero Álvarez. Lo hizo en su condición de hijo de Miguel Ángel Ceballos, uno de los fusilados en la Unidad Penitenciaria n° 1(UP1). Es abogado y secretario del Juzgado federal n° 3 a cargo del juez de primera instancia Hugo Vaca Narvaja (n) a cargo de trata, derechos humanos y género.

Miguel Ceballos declara por primera vez. Captura  Nicolás Castiglioni.

Este nuevo juicio –el número 15 en Córdoba-se realiza porque durante el Juicio de los Magistrados, el Tribunal, presidido por Julián Falcucci, absolvió al ex secretario penal Carlos Otero Álvarez. La Cámara Federal de Casación Penal, hizo lugar a los recursos presentados por el Ministerio Público Fiscal y la querella.  En 2020, ordenó la anulación del punto 9 de la sentencia impugnada y ordenó que se  realice un nuevo juicio.

Testigo Soy

Cuando el presidente del Tribunal le formuló  la última pregunta de las generales de ley: ¿Tiene usted un  interés particular en esta causa? El testigo, Juan Miguel Ceballos, respondió: “Que se sepa la verdad y que se haga justicia. Hace 25 años que lucho y trabajo por ello”, manifestó. Organizó  su declaración entre “una línea de tiempo imaginaria” que da cuenta de las batallas libradas por las y los familiares de los 30 presos políticos legales, asesinados entre abril y octubre de 1976. A la vez, expuso cómo y quienes impidieron que la “causa maldita” avance.

El testigo narró que en 1983 se conoció la primera denuncia  caratulada como Fermín Rivera, su denuncia, que expone los hechos ocurridos en la UP1 entre abril y octubre de 1976, cuando 28 personas fueron “trasladadas” (eufemismo que indica una segura ejecución) en grupos,  les aplicaban la Ley de fugas y lo reportaban como “enfrentamientos”. Otros dos presos –René Moukarzel y Raúl Bauducco- fueron torturados y asesinados en la prisión.

Le recordó al Tribunal que las y los presos políticos fueron detenidos durante 1974 y 1975, como el caso de Hugo Vaca Narvaja (p) que “fue detenido el 20 de noviembre del año 1975, a la salida del Juzgado n°1, en las escaleras, y llevado al Departamento de Informaciones (D2). Nunca tuvo causa y fue puesto a disposición del PEN”. (1)  Luego el testigo trajo al presente la declaración que hizo el testigo Manuel Cannizzo cuando “le avisó a Otero Álvarez que estaba preocupado por Vaca Narvaja (p) porque su situación era desesperante y le respondió que no podía hacer nada”.

Los jueces Mario Martínez (La Rioja) y Facundo Zapiola (TOF3 Córdoba). Crédito Nicolás Castiglioni.
 No hicieron nada

Fermín Rivera denunció además ante las autoridades que lo visitaron en la cárcel “las condiciones infrahumanas” en que vivían a partir de 1976 las y los presos políticos. “No recibieron ningún tipo de auxilio. Fueron abandonados, por los funcionarios y magistrados que tenían la responsabilidad  y la obligación de velar por su  integridad”, dijo el testigo. Incluso, cuando la prensa daba a conocer aquellos “comunicados fatídicos” emitidos por el Tercer Cuerpo de Ejército también los “recibían los funcionarios incluido el doctor Otero”.

Lo único que hacían era correr vista al fiscal con la leyenda: extinción de la acción penal por muerte, sin que hayan realizado “ninguna investigación a pesar de los certificados de defunción que decían que la causa de muerte había sido por heridas de bala, que constan en las causas”. También indicó que cuando el ahora imputado receptaba denuncias de los presos detenidos tampoco hizo nada. “Fueron abandonados por los funcionarios y magistrados que debían cuidarlos”, afirmó.

Las abogadas Chalup y Gentile junto a familiares. Crédito Nicolás Castiglioni.  

La construcción de la Impunidad 

Más adelante manifestó que cuando se preparaba el Juicio de las Juntas en aquél momento el fiscal (Julio César) Strassera pidió la Cámara Federal de Córdoba le enviara la causa Rivera, Fermín s/ denuncia  para que formara parte del proceso pero  el organismo no lo hizo y “presentó excusas”. Entonces, “las causas dormían el sueño de los justos” y  -remarca- que “éste fue el primer hecho de  impunidad de la corporación judicial”. Después, siguieron otros:

Segundo hecho: fue el fallo de la jueza Cristina Garzón de Lascano que “nada dijo respecto a la responsabilidad penal de los funcionarios y magistrados que eran responsables de los presos políticos”.

Tercer hecho: fue generado “desde esta corporación a la que pertenezco” en el requerimiento endeble de la  fiscala Graciela López de Filoñuk. “Otra vez, se olvidaron de los funcionarios judiciales que debían estar sentados con los militares y los policías como correspondía procesalmente”.

Cuarto hecho. Se relaciona con la cadena de  apartamientos de funcionarios porque claramente “les debían lealtad”. Las razones expuestas fueron: “era  como mi  padre”, “me designó”, “me trajo a la mesa judicial”, entre otras justificaciones. “En esas aguas de impunidad tuvimos que navegar con un destino incierto, en absolutas soledad.  Porque no éramos populares, por eso digo que fue difícil para nosotros y los sobrevivientes como Luis Miguel Baronetto”, graficó.

-Quinto hecho. Después de la cadena de apartamientos  y la decisión de Cristina Garzón de Lascano quien argumentó que “sumarla supondría una demora intolerable. ¡Una falsedad  monumental! porque después siguieron agregando. Y después se apartó. “Era evidente que no querían sumarla”, y como frutilla del postre caratularon la causa como Miguel Ceballos, su denuncia. “En el expediente  consta y es una vergüenza, el desglose de la causa principal (Videla) que tenía que ver con los magistrados”.

“¿Puede creer señor Presidente?-dijo mirándolo al juez- fueron tiempos difíciles, no éramos populares, éramos parias”. Precisó que cuando se empezaban a preparar los juicios había dos opciones. Una: Juzgar a militares y policías, y otra dejar afuera al sector civil,  a les integrantes del poder judicial, la Iglesia, el poder económico,  y a todos los sectores civiles que contaron con ese acompañamiento. “Y aquí estamos. Esas son las razones, los motivos, por los que estamos aquí”,, dijo acompañando la oración con una breve pausa y un suspiro.

La  impunidad, siempre presente
El exsecretario penal y sus abogados defensores del estudio Julio Deheza.

En esta línea de avanzar  un paso y retroceder dos, puntualizó situaciones que también abonaron a la impunidad por medio de la dilación y la opinión. Por caso, el fallo del  juez Sánchez Freytes quien “negó que fueran crímenes de lesa humanidad. Fuimos a la Cámara, nos dio la razón y tuvo que apartarse”, dijo el testigo.

También se refirió al titular del TOF 1, Jaime Díaz Gavier, quien “salió en defensa de su amigo Otero Álvarez y eso también es impunidad porque intervenía otro juez. Ni un poco de decoro, de respeto. Sin tener en cuenta que atrás hay pérdidas de vidas humanas, de tortura, dijo mientras mostraba el recorte del diario La Voz del Interior que lo publicó. En ese momento el testigo  le respondió que si piensa así, que renuncie, y reasuma la profesión de abogado y se constituya en defensor del acusado, así quedamos en igualdad de oportunidades”. (N de R. Fue cuando el imputado había sido detenido y enviado el penal de Bouwer por orden del juez  Daniel Herrera Piedrabuena que investigaba el desempeño de los jueces en la dictadura). (2)

En 2010, durante la sentencia del  juicio Videla “unos festejaron y otros estábamos tristes porque Quiroga no había sido sentenciado. Se apeló y hace cinco años que la Corte ordenó que se haga un nuevo juicio. Y así estamos, esperando que ocurra”.  En 2017, durante el juicio de los magistrados “había que condenar a unos y a otros como Otero Álvarez, absolver. Y otra vez, apelar hasta que la Cámara nos dio la razón (…) Por eso estamos aquí.  En este caso, tenían muy claro que había que recusarlo a Julián Falcucci porque ya se sabía adónde iba. Pero fue rechazado.

Como hombre de la justicia rescató los conceptos de servidores públicos y de la Justicia como un servicio esencial para la sociedad en contraposición de quienes “se sirven de la justicia para beneficiar, proteger a los amigos, y también para repartir nombramientos porque no hay concursos”.

Las querellantes con sus pancartas. A la derecha familiares del acusado. Crédito Nicolás Castiglioni

Durante el extenso testimonio Ceballos repasó los avances y retrocesos en la búsqueda de justicia. Se refirió a los juicios por la verdad,  las leyes de obediencia  debida y punto final, la caída de las mismas y la lucha para lograr el inicio de los juicios. Reconoció la enorme  labor del abogado Rubén Arroyo “mi mentor, quien me enseñó los primeros pasos en la profesión, quien conocía a fondo la Causa maldita de Córdoba y que falleció hace poco”.  También se refirió al viaje a Buenos Aires a denunciar los hechos ante la Comisión de disciplina del Consejo de la Magistratura, que luego consideró  que  la  conducta de Otero Álvarez era “colaboracionista” y causal de “mal desempeño”.  Para evitar la destitución el funcionario renunció y se acogió a la jubilación.

Desde  la línea de tiempo imaginaria que anticipó,  fue concatenando hechos y reflexiones en torno a la corporación judicial. Entre ellas, dijo que años atrás hablaba desde el otro lado del mostrador  y ahora  lo hace de éste lado porque cree que es útil y porque está  convencido que “para cambiar la percepción que tiene la sociedad argentina de la justicia es necesario saldar estas deudas del pasado para que pueda renovarse, oxigenarse”. Porque  en definitiva “No somos simples fedatarios, ni (tampoco) una escribanía”.

Al finalizar solicitó hacer un cierre positivo. Confesó que cada día se levanta contento para ir a trabajar. Se siente afortunado. Tanto que  compartió una experiencia singular. Se trata de la relación laboral y personal que pudo entablar con la hija del ex magistrado Cornejo basada en el respeto mutuo.

 Próxima audiencia

La cuarta audiencia se realizará el 5 de diciembre, a las 10. Se prevé que declaren dos testigos ofrecidos  por  la defensa. El juicio es oral y público y se realiza en el edificio del TOF2. Dirección: Crisol 670, Nueva Córdoba. Concurrir con DNI. Los periodistas y el público comparten el mismo espacio en el primer piso de la casona.

Podés ver la declaración completa aquí. Gentileza de La Retaguardia.

Referencias

1- En el juicio Videla, el fiscal Gonella dijo durante el alegato que a Vaca Narvaja (p) le habían rechazado dos hábeas corpus y luego lo asesinaron. Que era asesor del padre de Siriani, asesinado a golpes en el D2 y defendía presos políticos. Ver nota aquí. 

2-Ver nota completa aquí: https://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/cruce-detencion-otero-alvarez/

*Periodista. Agencia Prensared. Fotos principal: Miguel Ceballos, Elba Pucheta, junto a Delia Galará y Lucía Galará antes de ingresar al TOF 2. Cortesía de Nicolás Castiglioni.

www.prensared.org.ar