Como lo hiciera un día antes el prefecto Martínez, el cabo de Gendarmería Héctor Guerrero se declaró inocente en la indagatoria ante el juzgado de Servini de Cubría. Las falsedades de sus dichos, señaladas por la querella del fotógrafo. La jueza tiene diez hábiles para definir si lo procesa o no.
Por Redacción*
El gendarme Héctor Guerrero, imputado en la causa que investiga las circunstancias en que el disparo de un cartucho de gas lacrimógeno fue lanzado contra la cabeza de Pablo Grillo, dejándolo al borde de la muerte, prestó declaración este miércoles por la mañana. Mientras, el escenario de los hechos, la plaza del Congreso, comenzaban a llegar las primeras columnas de una nueva protesta contra el Gobierno nacional y contra los vetos del presidente.
Acompañado por sus abogados defensores Martín Sarubbi y Claudio Nuncija, pagados por la fuerza, el cabo sostuvo que era inocente y dijo que: “El día 12 de marzo de 2025 nos ordenaron equiparnos y custodiar el Congreso de la Nación que estaba de espalda nuestro. Es decir, ubicarnos de frente a los manifestantes. En un momento comenzaron a arrojarnos muchísimas piedras, de las cuales cinco recibí en mi torso y otros 12 compañeros quedaron heridos.
Cuando los manifestantes se acercaron a nosotros, hicimos uso de la granada de mano de gas lacrimógeno. Ese día con el humo y el agua del hidrante, se complicaba la visión además que tenía puesta mi máscara anti gas. El lanza gas no tiene aparatos de puntería y su cañón no tiene estrías, es un ánima lisa, por lo cual no puedo hacer un segundo disparo hacia un mismo lugar porque el cartucho sale expulsado de manera irregular y todos los disparos que yo realicé fueron a lugares seguros. Yo jamás tuve la intención de lastimar a ninguna persona, y el lanza gas lo usé a medida que me instruyeron y de acuerdo al manual del uso de lanza gas. Soy inocente”.
Previa a esta declaración de inocencia, el tribunal le hizo saber al gendarme que “conforme lo indicado en el referido informe médico, las lesiones que sufriera Pablo Grillo como consecuencia del disparo recibido, pusieron en real y concreto peligro la vida del nombrado. También se le hace saber que según dicha pericia, la herida contuso cortante frontal asociada a su fractura expuesta de cráneo se corresponde con el impacto directo del proyectil sobre la tabla frontal del cráneo de Grillo”.
A partir de este momento, la jueza María Servini tiene diez hábiles para definir si procesa a Guerrero.
Falsedades
Desde la querella, que llevan adelante el equipo del CELS y la abogada Claudia Cesaroni de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, desde un inicio solicitó a Servini que se convoque a declarar a Guerrero, identificado gracias a la pericia popular del Mapa de la Policía, en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Los letrados señalaron las falsedades vertidas por el agente de Gendarmería en su declaración:
- Las fotos y videos tomados ese día, incorporados como prueba en la causa, demuestran que el cordón de gendarmes tenía visibilidad de los manifestantes que tenían enfrente, entre los cuales estaba Pablo.
- Cómo se observa en imágenes fotográficas y de video, Grillo estaba en cuclillas, tomando fotos y no representaba ningún tipo de peligro para el imputado ni para sus cómplices.
- Es falso que Guerrero haya disparado de acuerdo a lo que indican los manuales. El Juzgado le imputó haber efectuado un disparo en ángulo horizontal y en dirección a Grillo “a sabiendas de que con su accionar, podía poner en riesgo la vida o la integridad física de cualquiera de las personas que se hallaban frente a él». Conforme al peritaje realizado por la División Balística de la Policía de la Ciudad, las imágenes y videos obtenidos, se encuentra descartado que Guerrero haya disparado su arma con un ángulo de inclinación ascendente de 45° o con una inclinación descendente de 30° y 45°, como debiera haber realizado conforme los protocolos contra disturbios vigentes.
Las pruebas realizadas por la fuerza porteña, el 3 de septiembre, demostraron que si Guerrero hubiese disparado en cualquiera de esas dos formas, el cartucho calibre 38 mm marca Candela de gas lacrimógeno jamás hubiera alcanzado a Pablo del modo en que lo hizo. En el caso del disparo “en parábola” hacia arriba realizado durante la reconstrucción, el proyectil cayó a los 156 metros del punto en que se encontraba el tirador. Esto equivale a tres veces la distancia en la que se encontraba Pablo respecto de Guerrero cuando éste le disparó.
La representación de la familia Grillo, en marzo, también solicitó que se investigue la responsabilidad penal de la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich; del director Nacional de Gendarmería, Claudio Brilloni; del jefe del Destacamento Móvil 6, Héctor Ferreira y del jefe del Comando Región I, Marcelo Porra Melconian, entre otras autoridades involucradas en el diseño del operativo, la transmisión de órdenes y la supervisión del accionar de las fuerzas de seguridad desplegadas en las inmediaciones del Congreso contra manifestantes.
Un dato que refuerza este pedido es que prácticamente en el mismo momento, con una diferencia de tres minutos, en el extremo noroeste de la plaza, el prefecto Sebastián Martínez, efectuó un disparo de su arma “no letal” Byrna a sólo 5,5 metros sobre Jonathan Navarro y lo dejó ciego del ojo izquierdo. Puede inferirse que hubo órdenes o vía libre para actuar con suma violencia y sin medir las consecuencias, pese a que aún no haya aparecido en las modulaciones de radio del operativo prueba alguna para sustentarlo.
En la indagatoria al agente de Prefectura, realizada un día antes, este también se declaró inocente.
*Canal Abierto, periodismo de este lado. Fuente https://canalabierto.com.ar/ No se encuentra el autor de las fotos. Principal, el agente en Comodoro Py.
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