Se suele hablar de la década ganada para referirse a las gestiones del peronismo. En esta nota, analistas de Celag Data explican qué pasó durante la década que involucra a los gobiernos de Maurizio Macri, Alberto Fernández y los dos que lleva Milei. Cuadro comparativo.
Por Alfredo Serrano Mancilla* y Mariana Dondo**
El paso del tiempo ayuda a poner las cosas en su sitio. Y una década es un plazo más que suficiente como para analizar en perspectiva todo lo que le ha pasado a Argentina en materia económica y social.
En este tiempo se han sucedido dos gobiernos y medio: el primero, Mauricio Macri (4 años); el segundo, Alberto Fernández (4 años); y el tercero, Javier Milei (2 años). Y cada cual tiene una responsabilidad específica en la evolución de todo lo acontecido. Cada presidente tomó sus decisiones, con sus consecuencias. Cada uno tuvo que enfrentar coyunturas diversas. Y, por tanto, sería injusto y poco riguroso atribuirle el mismo grado de ‘culpa’ a los tres.
Por ejemplo, en cuestión de deuda externa, indudablemente Macri y Milei tienen una cuota elevadísima de responsabilidad, con un denominador común llamado Luis Caputo.
Otro ejemplo: en materia de jubilación mínima, podemos encontrar que hay velocidades e intensidades muy diferenciadas entre cada Gobierno. El de Macri las bajó muchísimo; Alberto Fernández las mejoró, pero no en demasía; y en esta mitad de mandato Milei las terminó por hundir.
Y, así, podríamos ir estudiando cada variable en detalle, desagregando por período, hasta identificar el grado de responsabilidad de cada quien.
Sin embargo, en estos diez años, desde el 10 de diciembre del 2015 hasta la actualidad, también podemos observar un patrón que va más allá de las diferencias. Y desde CELAG DATA nos resulta muy importante resaltarlo y evaluarlo cuantitativamente.
Atendiendo a la evolución de la gran mayoría de variables económicas y sociales que afectan a la cotidianeidad de la ciudadanía, podemos caracterizar a este periodo histórico como Década Perdida.
En el cuadro siguiente, se constata este empeoramiento generalizado. Cayó la producción industrial, se redujo el número de empresas, se disparó la deuda externa, creció el riesgo país, aumentaron los precios, se redujo el salario real y también el mínimo, aumentó la pobreza, se derrumbó la participación de la remuneración de los trabajadores, se acrecentó la brecha de ingresos entre ricos y pobres, empeoró la desocupación y el subempleo, cada vez es más difícil afrontar el gasto básico en electricidad o transporte en base al salario, se desplomó el consumo de carne, bajó la venta de alimentos en supermercados, creció el endeudamiento de los hogares, subió la tasa de interés de los préstamos personales.

Son 20 variables, pero bien podrían ser 200. El Vivir Peor es el rasgo esencial de esta Década Perdida. Afecta al 95% de la población argentina. Los que antes eran pobres, ahora están sin derechos y malviviendo afuera de los márgenes de la sociedad; los que llegaron a ser clase media, cayeron en la pobreza; los de clase media de toda la vida ahora están lidiando con no ser pobres; la clase media alta se ajusta gracias a su ‘colchón bank’; y los muy ricos son aún más ricos.
Este nuevo reordenamiento social y económico de Argentina viene de la mano del reordenamiento macroeconómico que se traduce en la financiarización, con endeudamiento externo y eterno, sin economía real productiva, sin soberanía.
Esta combinación es la base constituyente de esta Década Perdida.
*Doctor en economía. **Mariana Dondo, doctora en ciencias sociales e investigadora. Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Territorio, Economía y Sociedad de la Universidad Nacional de Río Negro (CIETES-UNRN), Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG DATA). Fuente Página 12 https://www.pagina12.com.ar |Foto Ignacio Roncoroni EFE.
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