Hace 10 años que Facundo Rivera Alegre salió con amigos a bailar y nunca regresó. Hubo un juicio que a criterio de la querella estuvo “plagado de irregularidades”. Hubo una sentencia y un conjunto de recomendaciones para que se investiguen varias cuestiones, entre ellas, buscar el cuerpo. Hasta ahora, no hubo novedades.
Por Katy García*
Viviana María Alegre es la madre de Facundo Rivera Alegre el joven que salió a bailar con amigos un sábado a la noche y nunca regresó. Desde el domingo 19 de febrero de 2012, ella, la familia, y sus amigos, lo siguen buscando.
Para conmemorar los 10 años de la desaparición de El Rubio del Pasaje lanzaron una campaña de sensibilización por las redes sociales con la consigna “Una década sin Facundo, Una década sin Justicia” que concluye este viernes 18 de febrero. Numerosas personas y organizaciones se prendieron en esta movida que circula por las redes. A las 18, se realizará frente a Tribunales I, una concentración y acto para seguir “exigiendo Justicia” y para que aparezca el Rubio.
Hace dos años en una entrevista con Prensared repasamos el periplo que atravesó. Poco ha cambiado desde aquella vez.
El estado es responsable
Adriana Gentile, abogada de la Fundación María Elba Martínez, sostiene que a la fecha no hay una instancia judicial abierta para continuar con la investigación. Explicó que en la sentencia -que condenó a Pablo Rearte a 12 años de prisión como autor responsable de homicidio doblemente agravado por el uso de arma de fuego y la intervención de un menor en concurso ideal, y absolvió a Aldo Marcelo Monje, acusado de haber cremado el cuerpo – la Cámara le ordenó a la Fiscalía de Instrucción Distrito 1, Turno 5, a cargo de Gustavo Dalma, que realice la búsqueda del cuerpo de Facundo. Pero “Al día de la fecha no hay novedad alguna al respecto”. No obstante aclara que “El principal responsable de la desaparición de Facundo es el Estado y mientras no se resuelva, sigue siendo un caso presente”. Esto implica que debe llevar adelante “una investigación seria, imparcial y efectiva, obligación que se mantiene independientemente del agente al que se le pueda atribuir la violación del derecho, incluso particulares”.
Fue en aquella reunión que les dijo –cuenta Viviana- que buscar a Facundo era “una cuestión humanitaria” a seguir. De modo que cualquier dato o prueba que le llegara a ella o a la familia la acercara a la fiscalía. “Sería como investigar nosotros”, le pareció. Anhela que en algún momento se pueda empezar a tirar la punta del ovillo y desentrañar la verdad. Hoy por hoy, Facundo le falta a su familia, a sus amigos y a toda la sociedad. Lo triste es que haya quienes saben qué pasó y no lo dicen. Ese silencio cómplice que colabora con la impunidad.
Hace dos años que Viviana empezó a buscar caminos alternativos. Por caso, hablar con los responsables de Amnistía Internacional, con los Organismos de derechos humanos, y la Secretaría de derechos humanos de la Nación a cargo de Horacio Pietragalla Corti. Con este último y con el titular de Violencia Institucional Mariano Ariel Przybylski conversó sobre la búsqueda. También lo hizo con el CELS y la Mesa de Trabajo por los dd.hh de Córdoba. La idea es que acompañen un nuevo desafío que permita encontrar el cuerpo. Según la hipótesis luego confirmada por el Tribunal el joven fue asesinado en medio de una discusión por compra de drogas. Pero el cuerpo nunca fue encontrado.
Nada fue fácil para ella. Una larga lucha, permitió que se investigara, que hubiera un juicio que para nada conformó a la querella. Luego, siguió -siempre acompañada por diferentes colectivos defensores de los derechos humanos- de manera permanente en las calles, con marchas, intervenciones artísticas que aún están a la vista como el trabajo en mosaico ubicado en la esquina de Mariano Moreno y Caseros. El altar en la plaza de Juniors, el barrio donde creció y tantos más. También se montó la obra de teatro “La ilusión del Rubio”, donde Facundo aparece para interpelar a quienes lo mantienen oculto.
Fueron 10 años ininterrumpidos que incluyeron viajes para juntar valor y participar con otras madres y familias víctimas de la violencia institucional y el gatillo fácil.
-¿Cómo estás de ánimo ahora que se cumplen 10 años de búsqueda?-pregunta esta cronista.
-“Me siento muy cansada. Si bien terminé una carrera cuando vine de Entre Ríos. Ahora estoy haciendo el cursillo para ingresar a sociología. Estoy con mi nieta Rocío, que tiene 11 años. Tranquila, con algunos bajones; pero todos los días, a él (por Facundo) se lo espera y se lo extraña”, dice la Vivi, y se nota en su voz de qué manera. Esto sigue “Hasta encontrarte”, como lo afirma en su página de Facebook.
*Periodista. Agencia Prensared. Fotos: Facebook de Viviana Alegre.
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