Violencia contra la prensa: evitemos una muerte

“La opinión de las empresas y sus representantes periodísticos encumbrados no es, necesariamente, la de quien entrevista en la calle, día a día, asumiendo la orfandad y asimetría en un encuentro periodístico con políticos, jueces, empresarios y jefes sindicales. Entre los cronistas, fotógrafos y camarógrafos hay dirigentes gremiales, delegados y gente con profundas convicciones sindicales. Una piedra o un palazo pueden también lesionar la representación, manifiesta condición de compromiso y empatía”, destaca el documento emitido por la Comisión Directiva del Cispren.  Aquí el texto completo. El próximo lunes 23 de septiembre, a las 12, se realizará una conferencia de prensa, en la sede del sindicato, Obispo Trejo 365.

Por Redacción

Texto completo   

“En esta hora amarga del campo popular donde los despidos, las suspensiones y los salarios extenuados informan tanto de la urgencia presente como del desafío por delante, otra vez la alarma se enciende en filas de hombres y mujeres de prensa, quienes ven cómo a la incertidumbre laboral y a la lucha por salarios dignos se le añade, brutal y desmesurada, la violencia de sus propios compañeros trabajadores afiliados a gremios de la historia, trayectoria y convicciones como Luz y Fuerza. Entendemos el agravio que sufren los trabajadores en su lucha por no resignar conquistas laborales.

Nuestra perspectiva sindical es hermana de la del conjunto de las organizaciones sindicales que litigan contra modelos de exclusión o entrega del patrimonio social. Nuestro proyecto de Nación, con las discrepancias que el pensamiento crítico puede y debe aportar, es el mismo que el de los colectivos que impugnan la servidumbre de los proyectos neoliberales.

Pero es deber ineludible de las organizaciones de trabajadores identificar con claridad absoluta al adversario al que se le presenta batalla. El conjunto de trabajadores/as nucleados en este gremio no tiene el ánimo de tolerar un solo ataque más a ningún compañero/a. La práctica de repeler represión policial agrediendo a quienes registran el momento de los hechos no tiene resguardo en ningún capítulo de la historia de la lucha obrera.

Peor aún para el que esgrime la piedra: somos con nuestros ojos los únicos garantes de una seguridad, la de los que ejercen el derecho a la protesta, que podría ser revocada si nos ausentáramos. Saben de qué hablamos. Cada capítulo de la disputa con el gobierno o las empresas que los emplean nos respalda desde el archivo.

Va a haber una muerte si trepa la escalada de ataques como los sufridos en las últimas refriegas. Los trabajadores organizados no nos merecemos pasar a la historia como autores de cosa semejante.

No queremos heridos por cumplir nuestra tarea. Es nuestro deber como trabajadores realizar a conciencia la actividad, en el esfuerzo siempre arduo de no sobrepasar ciertos límites; pero saben bien ustedes que se trata de una labor sin red, al calor de pulsaciones que se aceleran y pueden desestabilizar al más experto.

Desde ya que renovamos el reclamo al Estado -el municipal, el provincial y el nacional- que tiene su natural responsabilidad de garantizar, de manera irrestricta, nuestra integridad toda vez que desempeñemos, libremente, el trabajo periodístico.

La opinión de las empresas y sus representantes periodísticos encumbrados no es, necesariamente, la de quien entrevista en la calle, día a día, asumiendo la orfandad y asimetría en un encuentro periodístico con políticos, jueces, empresarios y jefes sindicales. Entre los cronistas, fotógrafos y camarógrafos hay dirigentes gremiales, delegados y gente con profundas convicciones sindicales. Una piedra o un palazo pueden también lesionar la representación, manifiesta condición de compromiso y empatía.

Quienes suscribimos este documento no alertamos sobre la violencia por miedo, lo hacemos persuadidos de que filtra agua en los cimientos de una construcción de conjunto si un trabajador es el blanco de la furia real o simbólica, solo por tener desorganizados los postulados de la lucha.

Los agremiados en Cispren sufrimos las mismas cargas de una economía destrozada, somos trabajadores, no patrones. Estamos tan bien o tan mal como el mismo pueblo. Nuestra convicción es la de ustedes, compañeros gremialistas.

Entonces, en el final, dejemos que clausure Agustín Tosco: “Creo que en el fondo, estar bien o no, depende fundamentalmente de las convicciones, de la fe en los ideales, de la justicia de una causa. Si estas cosas están metidas en la conciencia y en los sentimientos, nada los doblegará…”.

20 de septiembre de 2019.-

Fotografía Archivo

www.prensared.org.ar