Silvio Rodríguez en su camisa de once varas

El trovador cubano uno de los más queridos y seguidos del planeta cumplió 74 años.  Aquí un repaso por su repertorio que demuestra que  “No se ha privado de las experimentaciones, y el baile no ha sido excepción. Al fin y al cabo es cubano y caribeño y sabe que bailar es una expresión liberadora”.

 Por Lil Rodríguez*

Hace 74 años ya que llegó por San Antonio de los Baños, y como festejo permanente de vida y raíz decidió alguna vez , después de las conciencias, hacer mover ya no solo la cadencia de las manos, que además se hacen multitudinarias en concierto, sino hacer mover también los pies y que el planeta que es seguir a Silvio, los moviera. No es lo usual en el trovador que no parece sentir el paso y el peso del tiempo desde que le fue imposible no vivir. Sin embargo, lo de los pies lo empalma con naturalidad en el cuerpo del otro, su auditorio, también bailable.

¿Se puede bailar en preposiciones con Silvio Rodríguez?

Definitivamente sí. Está demostrado. He aquí las evidencias.

Por donde llegó hay una taberna

Por donde llegó hay una taberna rústica local, que daba de beber al porvenir. Llegó por San Antonio de Los Baños, por donde pasa el río Ariguanabo, cerca de La Habana, en la joven provincia de Artemisa.

Aunque la provincia tiene costas sobre el mar Caribe y mira también hacia el golfo de México, San Antonio de Los Baños no tiene costas marítimas, aunque sí fluviales.

Así como Bayamo tiene el ya famoso Museo de Cera, San Antonio de Los Baños tiene el Museo del Humor, con verdaderas reliquias humorísticas tanto en gráficas como en audio. (Tuvo su apertura en 1979). De igual forma en San Antonio de Los Baños tiene su asiento La Escuela Internacional de Cine y Televisión desde 1986.

Lo anterior sirve para visualizar en la imaginación la cantidad de artistas e investigadores que conocen el poblado donde el 29 de noviembre de 1946 ofreció su primer acorde Silvio Rodríguez Domínguez, el hijo del poeta campesino que fue Víctor Dagoberto Rodríguez Ortega y la aficionada al canto que resultó ser Argelia Domínguez León. Una loma y un río fueron sus vecinos en esa aventura de existir. Guajirito es. La mayor honra.

Esa aventura de existir lo llevó ya en la década de los ochenta a colocar en las manos de Juan Formell el tema dedicado a su pueblo natal. Lo que resultó de la dirección y orquestación de Formell, quien fuera Fundador y Director de Los Van Van es el retrato de un pueblo al que se puede bailar. El bajo de Formell, el timbal de José Luis Quintana ‘Changuito’, el piano de César ‘Puppy’ Pedroso y el coro de Pedrito Calvo, además de la voz, aquí sonera de Silvio Rodríguez, autor del tema, hicieron de la pieza una referencia para la gratitud, y para el baile.

He aquí dos versiones del tema: La de Los Van Van, grabada con Silvio.

También se encuentra la del grupo “Yawar” de San Antonio de Los Baños, precisamente. También canta Silvio Rodríguez.

Bailar

El baile en el Caribe es parte de la cotidianidad. Además de mover los pies aunque se esté sentado, se golpetea la puerta del carro, la mesa y hasta el libro con el ritmo que el cuerpo evidencia ante la presencia de la música. Y eso tiene su por qué, y su con qué.

Se tiene información acerca de que el baile desde sus inicios fue un hecho colectivo, con grupos danzando en torno de algo o siguiendo a algo (o a alguien). En algún momento el baile dejó de ser una manifestación entre varios para pasar a ser de pareja enlazada. En predios del Caribe los africanos que llegaron no tenían figuras de baile de parejas enlazadas y pudo generarse esta modalidad en la zona caribeña gracias a los bailes de cuadrillas de los europeos esclavistas y colonizadores. Surgió entonces la combinación: parejas enlazadas pero con toda la cadencia y sensualidad sabrosa de África.

Para finales del siglo XIX y comienzos del XX la América Latina, con el desarrollo de sus culturas populares urbanas dio nacimiento a diversos bailes de parejas enlazadas, asimilando los antecedentes, pero confiriendo perfil propio a lo que luego sería la suma y junta de los cuerpos por la música. Surgen, entre otros el Tango en el Río de la Plata, el Son Montuno y el Bolero en Santiago de Cuba, el Danzón en Matanzas, el Merengue dominicano en La Española, La Plena de Borinquen, el Samba en Río de Janeiro… y un poco mas acá en el tiempo, la Salsa. Lo normal en el Caribe es bailar como expresión liberadora no sólo de la energía del cuerpo asociada al ritmo, sino como expresión social de una formación en la que el movimiento tiene su historia.

Imaginada

Por fortuna en Youtube se puede encontrar el tema de Silvio, estrenado por él también con Los Van Van, “Imaginada”, en la que el trovador no sólo obedece a la cadencia y a la calidad del acompañamiento sino que ofrece un ejercicio de solvente improvisación sonora, como marco de un tema tan tierno como su planteamiento amoroso. Acá también se nota y siente la armonía entre los integrantes de Los Van Van y el trovador que es Silvio.

Canción urgente

Aunque Silvio Rodríguez también grabó con Los Van Van su tema “Canción urgente para Nicaragua”, es la versión realizada junto al grupo “Manguaré” en Managua, la que dio la vuelta al mundo. Es una grabación del tema en el concierto ofrecido en la capital de Nicaragua en abril de 1983 como saludo a la Revolución Sandinista. Silvio Rodríguez se presentaría junto a “Manguaré” el emblemático grupo formado y dirigido por Francisco ‘Pancho’ Amat, desbordando militancia y sabrosura, tal y como se evidencia en el baile de muchas parejas presentes en ese memorable concierto que congregó a lo mejor de la Canta latinoamericana de entonces.

El Güije

No fue la única participación de Silvio con “Manguaré”. Para 2010 el grupo entra a grabar un extraordinario álbum titulado “Sincretismo” en los estudios Abdala, Silvio, refiere César Pedroso, director entonces de la agrupación, se le presentó con un tema inédito para ver si calzaba en la idea y lo grababan. Pedroso lo aceptó encantado de la vida, bajo la condición de que lo grabara el propio Silvio.

Así se hizo y así Silvio visibilizó en la música la existencia del Güije, suerte de duende que hace parte de la tradición cubana. Es una letra mágica, hermosa y reivindicadora, y la música no se queda atrás.

La Cocainómana
Con el tiempo volvería Silvio Rodríguez a trabajar con Pancho Amat pero esta vez en su nueva agrupación “El Cabildo del Son”.

Lo harían con un tema de 1926 de Miguel Matamoros por quien , junto a Miguelito Cuní fue declarado en Cuba el 8 de mayo como Día Nacional del Son.

El tema en cuestión es “La cocainómana” una tremenda denuncia social ya urgente en aquellos tiempos.

Vuelve Silvio a envolverse en el soneo y vivir la plenitud de la cubanía del Son Montuno, lo más sublime para el alma divertir, al decir de Ignacio Piñeiro, quien de eso sabía.

Cántalo, pero baílalo

Silvio ha cantado y/o grabado junto a grupos que son excelencia en el panorama musical de Cuba: Afrocuba, la Camerata Brindis de Salas, Buena Fe, Síntesis, Irakere, Trovarroco además de haber ensamblado su causa individual con la causa colectiva de otros trovadores y de todo el pueblo cubano. Su participación en películas, documentales, conciertos (son ejemplares sus conciertos en barrios y repartos en La Habana) y giras compartidos, representación de su país en diversos escenarios internacionales, etc. lo convierten, además de trovador, en símbolo coherente de una causa, la de su pueblo.

“Cántalo, pero baílalo” fue grabado por Adalberto Álvarez y su Son. Es decir, fue grabada despues de 1983, año en que se produjo la separación de Adalberto del mítico Son 14.

El tema le pertenece a Silvio Rodríguez, y la letra lo delata:

Yo para bien amarte invento una canción/—una canción que parte
acostumbrada a voz de trovador—/Pero si quieres son, te doy mi son.

Si el canto tiene sentido también lo tiene bailar/ Cantando yo estoy contigo, bailando conmigo estás.

Camisa de once varas en la que me metí/ aunque no es cosa rara si se entiende bien que soy de aquí/ Claro que soy de aquí/ Ya tú verás que sí.

El de San Antonio de Los Baños ha interpretado su tema junto a a Adalberto y lo ha hecho con soltura: Es su tema.

Ahí está la clave, demostración y evidencia: Silvio Rodríguez se ha paseado por todas las esferas de la musicalidad de Cuba, de su país, y las ha disfrutado.

No es usual en él lo bailable, pero no le ha huido y además ha reivindicado al baile como portador de mensajes tanto para el cuerpo como para la conciencia.

Llega a los 74 años y su Son sigue teniendo un buen coro: El mundo en Cuba.

Y ahora hay Un Danzón para la espera…

*Fuente telesurtv.net

www.prensared.org.ar