¿Se acuerdan de Marcia?

Reportaje al fiscal  Diego Fernández, titular de la Fiscalía N° 1 de Alta Gracia, que instruye la causa por la desaparición de Marcia Acuña ocurrida los primeros días de enero,  luego encontrada sin vida en José de la Quintana. El expediente está caratulado como “muerte de etiología dudosa”, se encuentra bajo secreto de sumario y no tiene querellante.

Por Graciela Pedraza*

Marcia Dominga Acuña, 16 años, salió de su casa en Villa San Isidro, provincia de Córdoba, en la mañana del 5 de enero último. No volvió la noche de Reyes ni los días siguientes. Recién la encontraron el 10 de ese mes, ahorcada. La primera palabra en boca de los medios fue suicidio. ¿Es así? , y en tal caso, ¿qué lleva a una niña a semejante determinación?

El fiscal Diego Fernández, titular de la Fiscalía N° 1 de Alta Gracia, acepta responder preguntas, pero al mismo tiempo advierte del secreto de sumario. Trato hecho.

Fernández lleva dos años y medio en el cargo, y si bien en ese lapso hubo casos trascendentes, ninguno tuvo el impacto de Marcia Acuña. El fiscal usa la palabra indefensión para referirse al estado en que se hallan muchos niños, niñas y adolescentes, sin que la sociedad tome debida nota de su vulnerabilidad.

– ¿Cómo comienza la búsqueda ante una denuncia así?

– En casos como este nosotros aplicamos un protocolo internacional, de búsqueda de personas extraviadas. Prima facie inferimos que puede estar en algún lugar, y que lo primordial es encontrarla sana y salva, pero no descartamos ninguna hipótesis. Se reconstruyen los últimos días o los últimos momentos de esa persona, su historia vital, y generalmente se termina investigando todo el núcleo familiar, el extenso, el entorno y también lo social. Se comienza por la familia, ya que son personas cercanas, conocen sus hábitos de vida y, por ende, nos pueden brindar datos relevantes sobre su paradero. Nos preguntamos si la persona desapareció por voluntad propia o ha sido víctima de algún delito. Si no hay delito, la causa se archiva.

– En el caso de Marcia la carátula dice “muerte de etiología dudosa”.

– Y seguirá así hasta que no haya sido incorporada toda la prueba definitiva, porque nuestro procedimiento penal determina que cuando hay una muerte sospechada de criminalidad o violencia, se caratula de este modo. Violenta en el sentido de que si bien el cuerpo no tenía signos externos de violencia, sí se trataba de una muerte mecánica, por asfixia. Debemos descartar que terceras personas pudieran haberla inducido o instigado a esa determinación.

– ¿La familia es querellante?

-No. Aunque lo puede hacer en el cualquier momento de la investigación.

– Además de la familia, ¿han interrogado a vecinos, compañeros de la escuela…?

-Hemos intervenido desde un primer momento y tomado testimonios formales junto a dos psicólogas. Somos abogados y no siempre estamos al tanto de lo que nos está diciendo una conducta gestual. Tratamos de abarcar todo, porque un dato, una información concatenada con otras, nos puede llevar a alguna conclusión, por ínfima que sea.

– Las primeras informaciones señalaban que Marcia salió con un bolso con ropa, su documento, su perro, el celular… ¿son actitudes de una persona decidida a suicidarse?

– Eso que dice usted es el planteo que nosotros nos hicimos. No se pueden sacar conclusiones definitivas, porque no tenemos todos los informes. En estas situaciones la principal fuente de información suele ser la familia, y tenemos familias desmembradas, que conocen poco, a veces un integrante no tiene relación con los demás… Pero toda esa información que fue y es difusa, se va aclarando en función de los elementos de prueba que se van incorporando y desclasificando. En cuanto a los celulares, los estamos analizando con los especialistas en informática.

– ¿Cuál es la principal hipótesis hasta ahora?

– En base a la prueba recolectada, la hipótesis predominante es que se trató de una autodeterminación. Secuestramos aparatos tecnológicos, telefónicos, que dan cuenta de que ella… como que avisaba de eso, y también tenemos una historia de vida de Marcia, desde que nació; como si fuera una historia clínica. Una historia de vida complicada. Por eso hablo de vulnerabilidad.

– ¿Estaba en tratamiento psicológico?

– Sí. Ella es una niña que se ha criado con dos hermanos más, en una familia sumamente disfuncional. Una madre que estuvo internada en un nosocomio de salud mental desde que Marcia era muy pequeña, o sea que no tuvo una figura materna. Y paralelamente un padre ausente, que tampoco le brindaba asistencia adecuada. Su familia nuclear no la contenía, y entonces quedó a cargo de una tía. En ese lapso Marcia fue generando algún tipo de lazos nocivos y de relaciones o vínculos tóxicos, como se dice ahora. Ahora bien, pero cuando alguien queda a la guarda de un familiar, ese familiar tiene obligaciones porque existe el deber de garantía, la garantía de proteger a esa adolescente que está madurando y que adolece de esos mecanismos para llevar una vida plena.

– ¿Qué se investiga en la historia vital de Marcia?

– Lo que hago es producir toda la prueba que permita dilucidar su personalidad, hábitos de vida, etc., lo que inclusive podría desentrañar si ella fue víctima de algún abuso en la vida intrafamiliar o externa, que le haya provocado tal angustia que la llevara a esta determinación. Podría haber una persona responsable de abuso sexual. También hay grupos mafiosos que pudieran haberla sometido a alguna situación de trata de personas… que es un delito federal. Hemos desplegado una serie de investigaciones que si dieran algún resultado, derivaríamos a la justicia federal. Si ella estuviera viva, sería el sujeto de prueba, quien podría habernos aportado los elementos de prueba.

– ¿Qué elementos se están analizando?

– La información que podemos contener y que está almacenada en las redes sociales, en los aparatos telefónicos y en otros aparatos tecnológicos es lo que seguimos analizando. Gran cantidad. En poco tiempo, el caso ya lleva unas doscientas fojas. Paralelamente creamos un gabinete donde trabajamos con un equipo de psicólogas jurídicas, especialistas en comportamiento criminal, para determinar el comportamiento de la joven, de su grupo familiar y entorno, y si ha incidido alguna situación en particular como para llevarla a tomar esa determinación. A través de esa autopsia psicológica se puede inferir, como elemento de prueba, si fue víctima de algún tipo de delito.

– Desde que una criatura nace, niño o niña, puede ser abusada de muy distintas maneras, violencias familiares y violaciones diversas; no solo las sexuales, sino las que hacen al quiebre de la personalidad, de la subjetividad. La pregunta que necesita respuesta sería: si Marcia se mató, ¿quiénes la mataron antes de que ella se matara?

– Bueno, ahí hay que encuadrarlo, porque estamos en un estado de derecho. En un sistema jurídico penal como el nuestro, ¿quién es responsable penalmente? Nuestro modo de legislar requiere que alguien, por acción u omisión, haya contribuido a esa muerte. Legislativamente, en las autodeterminaciones solamente está tipificado aquel que instigare a cometer suicidio o el que lo asistiere materialmente. Me parece que usted está encarando un nuevo concepto que se está trabajando y hablando, sobre todo en las mujeres. Eso no está legislado, no existe, pero es cierto, son todas esas causas que llevan a una persona a provocarse su propia muerte. Ahí viene la cuestión. Si fue víctima de un abuso sexual podemos determinar que la persona responda por eso, pero no responderá penalmente por la consecuencia, por instigación o asistencia para el suicidio. Y responderá por trata de persona quien la usó con esa finalidad, pero no va a encuadrar en el tipo delictivo de instigación o asistencia para el suicidio.

– ¿Cuál es o debería ser el rol del Estado?

– Como fiscales penales intervenimos en la comisión de delitos tentados o consumados, cuando todas las esferas preventivas fallaron. La Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia es la que debe intervenir en el menoscabo de derechos cuando esa situación llega a su conocimiento, y la propia familia, que tiene que velar por los derechos reglados constitucionalmente.

– ¿Pero cuáles son los disparadores que deben alertar a un organismo público?

– Los operadores que están en contacto directo con niños, niñas y adolescentes tienen la obligación de denunciar. Muchas veces son los docentes, o los médicos que conocen situaciones de maltrato, los psicólogos… esas son las intervenciones primarias. Están obligados. En cuanto a los mensajes por redes, recuerde también que si es público, se puede iniciar una acción de oficio, nos alerta; pero si es privado, equivale a una correspondencia. La constitución ampara esa privacidad.

– La policía y la justicia, ¿tienen suficientes recursos humanos, idóneos?

– Acá se aplicaron todos los recursos disponibles. Vamos aprendiendo con el transcurso del tiempo. Ahora, ante la sospecha automáticamente se aplica un protocolo y se da intervención a diferentes organismos predispuestos para la búsqueda. Por ahí lo de Marcia ha tenido mayor difusión, pero cada vez tenemos más denuncias de desapariciones, y cada vez se destinan más recursos tecnológicos, vamos afinando… Ocurre que a los argentinos nos cuesta trabajar más coordinada y articuladamente, aunque en este caso y muchos otros, hemos trabajado con Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (1), y con el Sistema Federal de Búsqueda de personas Desaparecidas y Extraviadas, que depende de la Subsecretaria de Investigación Criminal y Cooperación Judicial. Es decir, a nivel nacional y provincial. A veces hubo cuestionamientos por el exceso de recursos, por el uso de drones, de helicópteros, perros… Pero tenemos que aplicar todos los medios posibles para hallar a una persona.

– ¿Hasta cuándo puede extenderse el secreto de sumario?

– Hasta que haya algún tipo de resolución definitiva y, eventualmente, que la prueba que se puede llegar a develar no pueda obstaculizar la investigación. Ya sabemos cuál fue la causa de la muerte, pero extendemos la investigación en la recolección de elementos, para ver si Marcia fue víctima de un delito, y eso va a llevar mucho más tiempo. Y hay que ser muy cuidadoso en el tratamiento para evitar una especie de réplica en otras personas. Y usted como periodista lo sabe bien. Por eso le digo que el enfoque debe ser desde la prevención, que se protejan los derechos de las infancias y fomentar y difundir eso. La familia es un ámbito de privacidad, en muchas ocasiones muy difícil de penetrar, sobre todo en las familias que tienen poder adquisitivo y les permite esconder, ocultar, algún tipo de vulneración de derechos de los niños y las niñas.

– ¿No cree que la sociedad -expresada en los vecinos, en familiares, en los docentes- debería involucrarse más? Muchas veces la víctima está quebrada y no puede denunciar lo que padece.

– Se puede hacer hincapié en ese aspecto y hay teléfonos para hacer las denuncias anónimas (2). Eso funciona. Mire, esto es un aprendizaje. También nosotros aprendemos a interpretar la declaración de las víctimas, sobre todo de las mujeres. Cuando empecé, hace veinte años, tomábamos el tenor literal de lo que decía la víctima, ahora en cambio sabemos que la víctima de violencia familiar suele esconder la realidad por miedo, porque el hombre es el proveedor y porque a veces está naturalizado el ciclo de violencia. Aprendimos también a interpretar el contenido que subyace en la rectificación de la denuncia. Pero es cierto que nadie se quiere involucrar en lo que le sucede al otro; primero porque en general la gente no cree en los organismos. Nosotros por ejemplo, la justicia, somos los que menos crédito tenemos. Y por otro lado nadie se quiere entrometer porque puede implicar una carga, ir a declarar, y en una ciudad chica…

– Entonces, ¿se trata de cambiar paradigmas y valorar los contextos?

– Es un aprendizaje que vamos haciendo todos. También a nivel social. Son cambios de paradigmas muy importantes y de a poco lo iremos logrando. Los tribunales superiores han advertido el cambio y nos han marcado el camino a seguir, respecto a que en los casos de violencia de género y familiar, se debe investigar también el contexto en que se consuman los hechos. Es un gran avance. Quienes ocupamos lugares importantes en relación con la niñez y adolescencia, debemos advertir cuando hay situaciones de vulnerabilidad en la infancia. Las personas que están en lugares estratégicos, que cumplen una función importantísima, deben hacerlo con responsabilidad y con el compromiso que requieren estos momentos de cambios tan importantes.

Notas

1-Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

2- Para realizar denuncias anónimas por violencia de género: 144-Denuncias por trata de personas: 145- Sistema Federal de búsqueda de personas desaparecidas y extraviadas: 54-11-52789800- Int. 3341 y 3525.

*Fuente: La Nueva Mañana de Córdoba. Imagen principal: www.mpfcordoba.gob.ar. 

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