¿Qué trae bajo el poncho el hermano sojero de Tomás Méndez que “aterrizó” en Agricultura?

Andrés Méndez ocupa el cargo de director  del área de  Innovación, Buenas Prácticas y Tecnología Agrícola. Allí funciona el Observatorio Nacional de Suelos oficina donde se resuelven los conflictos que se generan en las zonas periurbanas de ciudades y pueblos rurales por las fumigaciones con agrotóxicos, como el glifosato, el 2-4D, y otros herbicidas. Quién es y cómo ingresó.

Por Lázaro LLorens*

El primero de febrero pasado, mientras el periodista Tomás Méndez, cultivando un furibundo oficialismo se lanzaba al prime time de la pantalla de C5N, mediante la decisión administrativa 26/2021, el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca Luis Eugenio Basterra, sin contar con los “requisitos mínimos” necesarios, nombraron con carácter retroactivo al 12 de agosto de 2020, a su hermano Andrés Aníbal Méndez, un ingeniero agrónomo pro-sojero, colaborador del diario La Nación, en el estratégico cargo de “Director de Innovación, Buenas Prácticas y Tecnología Agrícola” que depende del Ministerio de  Agricultura de la Nación.

Aunque pocos quizás lo saben, esta dirección, que entre otras cuestiones maneja el Observatorio Nacional de Suelos, ha pasado a ser estratégica. Pues desde allí se tiene que resolver, entre otras cuestiones, el recurrente conflicto existente en las zonas periurbanas de las ciudades y pueblos rurales por las fumigaciones con los agroquímicos o agrotóxicos, como el glifosato, el 2-4D, y otros herbicidas.

Y en ese marco, lo más importante, es el destino de 700 mil hectáreas productivas de la pampa humedad y alrededores, que actualmente no están en una explotación intensiva por las prohibiciones a las fumigaciones que se han impuesto con distintas modalidades y alcances.

Abriendo así una oportunidad para que sean destinadas a la agricultura orgánica, e incluso a que se facilite su explotación mediante granjas y granjeros, acorde los ideales que el presidente Domingo Sarmiento plasmó con los planos parcelarios de Chivilcoy y Bolívar.

Pero a la vez son tierras que con la soja que llegó a un pico de 600 dólares la tonelada, el sector cerealero – sojero, encabezados por el político cerealero Roberto Urquía, entre otros, quieren recuperar a toda costa. Dado que hay 1.000 millones de dólares en juego. Y para lo cual ya han dado importantes pasos dentro del ministerio y la secretaría de Agricultura.

A pesar de todo ello, trasgrediendo las normas, Cafiero y Basterra, nombraron al hermano del periodista ultra oficialista, mediante una “autorización excepcional” en este cargo estratégico. Sin cumplir, como lo dice el decreto, el Artículo 14 del Convenio Colectivo de Trabajo de Empleados Públicos Nacionales que exige, para poder acceder a esta dirección tres “requisitos mínimos” que Andrés Méndez, no tiene. Pero nada es casualidad.

¿Quién es Andrés Méndez?

Aunque no hay currículo suyo en la página del gobierno, ni disponible en la web, el recién nombrado funcionario “excepcional” Andrés Aníbal Méndez, dice ser Ingeniero Agrónomo recibido en la Universidad Católica de Córdoba. Al igual que su hermano Tomás, recibido en la universidad privada Blas Pascal, es un eterno empleado o cliente del Estado, y también periodista. Aunque ambos relatan para medios con ideologías antagónicas.

Andrés trabajó desde el 2005 al 2012 en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTI) de Manfredi Córdoba. Allí, en sus años mozos se enfocó en el uso de la maquinaria y la “siembra de precisión” para acrecentar la ganancia del productor agrario. Principalmente el sojero, donde Córdoba bate todos los récords.

Fue justamente por el 2012 cuando con el nombre Andrés Méndez, quizás asesorado por su hermano Tomás, el actual director de Buenas Prácticas Agropecuarias de Alberto Fernández, comenzó a escribir para el suplemento “Campo” del diario La Nación, con notas destinadas a fomentar el modelo sojero con pulverizaciones a escala con glifosato. Periódico de consulta de los grandes propietarios de campos, pools de siembra, y cerealeras de Argentina. El diario de la “oligarquía” según su hermano Tomás, frontalmente enfrentado con el actual gobierno. Y donde Andrés escribió hasta el 2019, cuando ganó Alberto.

Asesor político de Tomás…

Mientras Andrés escribía para La Nación sobre las bondades del glifosato, en Córdoba, su hermano Tomás, con su programa ADN, respaldado por los más alto del kirchnerismo y el actual funcionario de Schiaretti, Jorge “Zurdo” Montoya, socio de la “Patota de la Esma”, se transformó en el periodista estrella de Canal 10 de Córdoba, que depende de la Universidad Nacional de Córdoba.

Basado casi exclusivamente en “cámaras ocultas”, sin derecho a réplica, y hablando contra la soja y el glifosato, su carrera como periodista en la Docta acabó cuando, el productor de su programa ADN, Marcelo Castro, a quien Méndez tenía precarizado, filtró decenas de cámaras ocultas en donde se puede ver al ex periodista de C5N negociando sobornos a cambio de blindaje mediático. Entre ellos con el ex gobernador de José Manuel de la Sota, el ex intendente Ramón Mestre, y el reconocido empresario que se encargaba de la recaudación de los tributos provinciales, Hermann Karsten.

Por estás practicas anti-periodísticas, en un medio universitario donde debería primar la excelencia, Tomás fue despedido por las autoridades lo que contó con el repudio de sus propios compañeros, quienes firmaron una solicitada, acusándolo de llevar adelante un periodismo con “estrategias extorsivas”.

Aun así, esta desgracia le trajo mucha suerte a la familia Méndez. Dado que gracias a su programa ADN basado en cámara ocultas y escraches, Tomás adquirió una enorme popularidad en los barrios de Córdoba. En base a ella, y a una campaña millonaria de 7 millones de pesos, solventada por Daniel Scioli, el delasotista “Zurdo” Montoya, e incluso por el intendente Ramón Mestre (h), con el objeto de robarle votos a su contrincante Luis Juez, en septiembre del 2015, Tomás se presentó como candidato a intendente de Córdoba. Y con un discurso anti política dio un batacazo, saliendo segundo, detrás de Mestre el candidato de Juntos por el Cambio.

De esta manera, Tomás Méndez y su partido ADN, con el slogan “cambiar la realidad”, pasó a ser la segunda fuerza política en la ciudad de Córdoba, desplazando al mismísimo peronismo. Aventura fugaz en la cual, lo primero que hizo cuando arribó a su banca de concejal fue nombrar a su hermano el agrónomo pro soja Andrés, periodista de La Nación, como “secretario del Bloque ADN”.

Ocupando este importante cargo público, de altos honorarios, de una ciudad atacada por el problema de las fumigaciones, como el célebre caso de barrio Ituzaingó donde hubo juicio y condena, el actual director de Buenas Prácticas Agropecuarias de la Nación, no sólo continuó escribiendo en La Nación, a favor del glifosato y la soja. Sino que, en mayo del 2016, abrió un monotributo en Categoría G, CUIT  20-24281094-6 para brindar asesoramiento técnico y comercial para incorporar las llamadas “AgTech” -Tecnológicas Agrarias- como apps, drons, estaciones meteorológicas, en la producción agraria, para alcanzar una “siembra de precisión” lo cual permitiría reducir, según el funcionario, hasta en “un 90%” los costos del hombre de campo.

Los Méndez al poder

De esta manera, a partir del 2016, Andrés Méndez, no solo se desempeñó como jefe de Bloque del partido de su hermano Tomas en el Concejo Deliberante de Córdoba a la par que escribía para La Nación, sino que, además, mostrando una gran productividad, pasó a ser asesor en tecnología “AgTech” e integrar la Comisión Internacional de Ingeniería Agrícola y de Biosistemas, dando decenas de charlas.

En eso estaba Andrés, cuando ha mediado del 2017, su hermano el concejal Tomás, con un discurso furibundamente anti macrista, gracias a la mano del Zurdo Montoya y sus lazos con el kirchnerismo, regresó a la TV con su programa ADN, al que le añadió “Federal”, y nada menos que en la CABA, el centro neurálgico del país. Lo hizo, en el canal C5N. Propiedad del empresario K Cristóbal López, socio de Montoya y su esposa Nora Cingolani en la consultora Long Regent S.A. propiedad hasta el día de hoy de “La Patota de la Esma”. Acusando que la “política” -que el integraba siendo concejal- no se hacía cargo.

De esta manera, Tomás se hizo de un público kirchnerista – peronista anti “glifo” fiel. Insumo agrario que su hermano y asesor Andrés promovía con las “AgTech” y en el suplemento del diario Campo de La Nación.

Este público, porteño preferentemente, no conocía el pasado “turbio” del conductor de ADN – Federal quien, gracias a la experiencia adquirida en el Canal 10 de Córdoba, rápidamente fue sumando rating y adquiriendo predicamento en la pantalla de C5N.

Así, el concejal de la Ciudad de Córdoba y periodista, comenzó a trabajar en los “prime time” -horario estelar- del canal, y en la mañana de la emblemática Radio 10. Donde también logró captar una grande y fiel audiencia con un discurso ultra oficialista. Con esa prédica, en varias oportunidades, Tomás llegó a entrevistar en la radio y su programa al mismísimo presidente Alberto Fernández, con quien, el conductor del programa ADN – Federal, dicen que se jactaba de tener línea directa.

Los chicos del “Glifo

Mientras Tomás, con su periodismo albertista, no paraba de triunfar en la ciudad de Buenos Aires, su hermano Andrés continuó trabajando hasta diciembre del 2019 como “secretario de Bloque” del partido ADN. Fuerza política que, a esa altura, con la fuga de su líder a la TV porteña, estaba casi totalmente disuelta. Y de hecho ya no existe como tal.

Terminado su mandato, el 12 de agosto del año pasado, en plena pandemia, el hermano glifosatero de Tomas Méndez, fue nombrado por el jefe de Gabinete Cafiero y el ministro de agricultura Basterra, como “director de Innovación, Buenas Prácticas y Tecnología del ministerio de Agricultura de la Nación.

Y desde esa estratégica dirección, según lo manifestó ante la prensa, ahora el ex columnista del diario La Nación, propone recuperar a partir de la tecnología “AgTech” que el mismo vende, las supuestas 700 mil valiosas hectáreas que actualmente no se cultivan industrialmente en las áreas periurbanas de los pueblos de la pampa húmeda. Que cultivadas con soja pueden generar mil millones de dólares brutos.

Lo dijo, sin pelos en la lengua, el propio funcionario, apenas asumió, ante una entrevista al suplemento Campo de La Nación, donde él mismo escribía, en una nota del 2 de septiembre del 2020, titulada “El Gobierno busca sumar 700.000 hectáreas periurbanas con robótica y nanotecnología”.

En ella, Andrés Méndez, recién asumido en el cargo, aunque sin decreto de nombramiento, fue presentado por el periodista Fernando Bertelo de La Nación, y bajo la publicidad de un fungicida, como un experto con “extensa trayectoria”. A pesar que el propio decreto de nombramiento dice que el agrónomo cordobés no cumple los “requisitos mínimos” que debe contar para esa importante dirección.

“Contaremos con productos de nanotecnología que permiten bajar las aplicaciones dado la mejora de acción que toma el producto activo, el botalón del aplicador se encontrará cubierto para que no haya deriva de ninguna gota. Probaremos picos con aplicación a presión para que la gota llegue rápidamente al objetivo que es la maleza o alguna plaga que haya que controlar. Se logrará la trazabilidad en tiempo real para que todos los interesados puedan verla en su celular.”

“Todo este desarrollo nos permitirá incorporar tierras que actualmente están fuera de producción a la misma e incrementar el área productiva en aproximadamente 700.000 hectáreas. Es una de las bases de la iniciativa 200 millones de toneladas de cereales, oleaginosas y legumbres” dijo textualmente el flamante funcionario a sus ex patrones de La Nación. Palabras que seguramente endulzaron los oídos no solo de la familia Mitre –Saguier, sino también de los grandes pools de siembra y las cerealeras. La nueva oligarquía digamos.

Nuevos negocios

Junto a esta llegada de Andrés al ministerio de Agricultura, su hermano Tomas, como comunicador ultra oficialista en el marco del “periodismo de guerra”, continuó creciendo en audiencia. A punto tal, que desde C5N, para la programación 2021, le ofrecieron al ex concejal kirchnerista dos emisiones semanales de su programa ADN. Los miércoles y los domingos para competir con Jorge Lanata.

Sin embargo, esto que parecía ser un sueño de los Méndez, acabó en una pesadilla cuando en su primera salida al aire el día domingo, sin medir con quien se metía, Tomás organizó un escrache por WhatsApp a Patricia Bullrich. Una ex montonera, dirigente de Juntos por el Cambio, de estrechos lazos con la Embajada de Estados Unidos.

Mostrando las capturas de pantalla de los teléfonos, este escrache Bullrich lo denunció en el programa del periodista Luis Majul, enemigo de Tomás Méndez, que se emite por el canal de TV La Nación+. Para quien su hermano escribía y daba blondos reportajes.

Tras esas denuncias, las autoridades de C5N, despidieron casi en el aire a Tomás Méndez, pidiendo disculpas a Bullrich, y despegándose del escrache. Este, defendido por su fiel público K, fue a parar a Radio el Plata. Propiedad de la polémica empresa Electroingeniería, una vieja y no santa contratista del Estado cordobés y del gobierno nacional, socia en varias obras con el grupo Macri.

A todo esto, su hermano Andrés, ni lento ni perezoso, el 18 de febrero pasado, dos semanas después de ser confirmado como director en el ministerio de Agronomía, con un traspaso por distintas manos cedió sus cuotas sociales que tenía en la empresa “Producciones Centro S.R.L”. Firma creada en el 2017, en Córdoba, cuyos socios, eran David Mauricio Urreta, ex concejal del bloque ADN, actual Subsecretario de Integración Regional y Relaciones Internacionales del gobernador Juan Schiaretti, y número dos del “Zurdo” Montoya.  Y el periodista de C5N Miguel Ponce de León, ex productor del programa ADN en Córdoba, que se desempeñó como cronista en el polémico escrache armado contra Bullrich por el cual lo rajaron a Tomás.

Los sucesivos traspasos de cuotas sociales, dieron finalmente el resultado de que el 66 % de las cuotas sociales pasara a manos de un desconocido Mateo Hensel Veritier, y del socio político de Tomás y Andrés Méndez, David Mauricio Urreta. A la par que se removieron todos los socios gerentes, incluido Andrés Méndez, como para limpiar la SRL de sus antecedentes, y poder lanzarla a nuevos y audaces negocios relacionados presuntamente con la AgTech.

Como puede verse en la página de la AFIP, esta compañía se dedica a “servicios de telecomunicaciones” “Información y comunicaciones”. Es decir, está especialmente habilitada para brindar los servicios a los productores mediante las llamadas “AgTech”, que el funcionario público mismo impulsa a todo trapo, como propuesta para recuperar las 700 mil hectáreas periurbanas improductivas.

De hecho, si uno repasa las actividades de la Dirección de Buenas Prácticas Agropecuarias, comprobará que esta repartición, sin decir una palabra de los “pueblos fumigados”, adoptó plenamente la marketinera idea de Méndez y los sojeros. Con la esperanza que de esa manera se podrá legitimar, sin los cuestionamientos que existen hasta ahora, los 200 millones de litros de glifosato que se tiran por año en Argentina.

Algo así como pretender retener un brote de cólera con un rollo de papel higiénico, envuelto en un vistoso packaging. Pero eso no importa, el funcionario glifosanatero sabe que de un negocio de 1.000 millones de dólares, todo lo que le caiga de arriba, será una fortuna.

*Periodista. Ver artículo original en https://stripteasedelpoder.com/

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