“El rol del periodismo en la restitución de identidades”, es un proyecto que busca promover buenas prácticas periodísticas en la cobertura de casos de restitución de identidades robadas por el terrorismo de Estado. La docente e investigadora Mariana Baranchuk, una de las coordinadoras de la propuesta, expresa que el fin de la misma es interiorizarse en la complejidad que supone la restitución para poder comunicar con responsabilidad y ajustado a derecho.
Por Myriam Mohaded*
El libro es una propuesta del proyecto de extensión “Identidades restituidas: un aporte para el camino de las buenas prácticas periodísticas”, de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), coordinado por Mariana Baranchuk y Daniel Badenes y es una edición conjunta de Abuelas de Plaza de Mayo y la UNQ. “Este se organiza en dos tiempos, uno de investigación-acción en relación a hacer el libro manual sobre lo que significa el rol del periodismo en la restitución de identidades. En principio, se hace un seguimiento histórico del movimiento Abuelas de Plaza de Mayo, y también de cómo fue evolucionando la propia estrategia de comunicación visual de Abuelas, y análisis de coberturas. Y, por otro lado, un camino hacia dónde nos queremos dirigir, que es de crítica y propositiva. Se plantea una forma posible de abordaje y líneas de acción para las, los trabajadores de prensa, comunicadores populares, estudiantes de periodismo”, afirma Baranchuck, doctora en Comunicación Social y docente de la U.N.Q. y UBA.
– ¿Desde qué lugar se aborda el punto de partida?
Partimos de que cuando nosotros realizamos una cobertura claramente mal intencionada, que quiere degradar o injuriar a Abuelas, no es mucho lo que podemos hacer. Nosotros nos estamos dirigiendo a compañeras y compañeros trabajadores de prensa que, desde la mejor voluntad y compromiso con esta búsqueda, sin querer, meten la pata. Y eso, sucede a menudo. En algunas casos son insignificantes y tienen que ver más con términos de lenguaje pero, en otros, pueden equivocarse fuertemente como, por ejemplo, poner a jugar la primicia, anticipar, cuando se trata de un tema bastante más serio que es la restitución de una identidad.
Por otro lado, también cómo hacer en una sociedad que le faltan personas y donde muchas desconocen su verdadero origen e historia, para que estas temáticas que son de una importancia central para la construcción de una democracia plena, se mantengan en agenda y no solamente entren y salgan cuando se anuncia una restitución.
-¿ De qué manera se pueden trabajar estos temas en la sociedad para llegar a nuevas audiencias?
Agregaría y ¿cómo mantenerlos? Porque siempre hay un foco puesto en la víctima restituida, reincorporada, algo en la historia de sus padres y se centraliza mucho en el qué sentiste o cómo estás. Esto no es muy conducente, ya que invade derechos personalísimos de quienes están atravesando un momento muy particular, que pueden restituir la identidad, su documento, pero también vivieron el proceso de apropiación y tienen una historia previa construida. Entonces, pasa por diferentes matices. Es hermoso, pero también es doloroso. Es ahí donde nosotros tenemos que trabajar empáticamente, que no es construirse con el otro, no somos el otro. Ese tiempo es muy privado y hay que dar el espacio.
A veces nos ocupamos más de esto, en lugar de transformar la mirada y decir cómo es posible que en la Argentina hubo un robo sistemático de bebés; cómo es posible que en nuestro país se pudieran dar tantas adopciones truchas; cómo es posible que hubiera vecinos que vieron a una señora que no estaba embarazada y de repente ande con un bebé en sus brazos y nadie sospeche. ¿Cuál es la trama que hizo posible que en Argentina estas cosas sucediesen? Allí hay otras posibilidades de trabajar ya que implicó no sólo sistemas de seguridades, sino también una trama médica, judicial, eclesiástica. Me parece que hay nombres propios que son quienes fueron los responsables, y esto es más importante que andar todo el tiempo con el nombre de quien está tratando esta situación en particular.
Herramientas para la reflexión y la acción
“El rol del periodismo en la restitución de identidades” está organizado por capítulos que abordan diferentes dimensiones del tema y problematizan aspectos de la comunicación de la restitución de identidades. “Entender el delito para saber nombrarlo”(Daniel Badenes y Luciano Grassi); “Abuelas: comunicar e interpelar. Sobre la expresión visual de una búsqueda” ( Angela urondo Raboy); “Periodismo: el ejercicio de la construcción de la noticia” (Mónica Baeza), ¿Primicia mata ética? (Martín Iglesias); “Cómo la información inoportuna puede afectar el proceso judicial”, ( Nora Viater y Milton Oddone) “El peso de las redes en la comunicación de las restituciones” (Diego Restucci y Lucía Cueto).
Los últimos tres capítulos, que hacen a aspectos más propositivos son: “Restitución y después: aquello sobre lo que no se escribe aún” (Ángela Urondo Raboy); “Hacia una comunicación empática”, (M. Baranchuk) y, finalmente, “Recomendaciones para las buenas prácticas comunicacionales”.
-¿Qué se propone con una comunicación empática? ¿A qué se refiere?
Entiendo la empatía en un doble estándar, porque a veces uno confunde a la empatía con fundirse con el otro, sentir lo que el otro siente. Y es imposible sentir lo que el otro siente. Uno puede respetar, asegurarse, imaginarse en el lugar del otro, pero al mismo tiempo sabiendo que no es el otro, sin confundirse. Es como el “te acompaño en el sentimiento”, pero es muy difícil porque uno la verdad no acompaña el sentimiento. Podemos imaginarnos lo que puede ser estar en el lugar del otro y qué puede necesitar de uno. Y al mismo tiempo, con ese respeto, solidaridad, pensar cómo acompañar, abrazar sabiendo que uno no es el otro. Se puede hacerlo, pero lo que le sucede a ese adulto que tuvo dudas y mucho después se entera que gran parte de su vida estuvo basada en mentiras, es inabordable.
A veces, se confunde y cree que la empatía es ponerse en el lugar del otro sabiendo que no lo es. Tiene que ver con acompañar, abrazar, poner la parte de razón con la que el otro está imbuido. Por eso, a veces, una frase que dice la persona que acaba de ser restituida, en donde domina la emoción, nosotros tenemos que respetar la noción del otro, entender lo que transmite, pero cuando hacemos de polea con la sociedad hay que pasarlo por la razón. Es difícil usar las mismas palabras, ya que no nos está pasando eso.
-En algún momento te referís a lo que nos sucede en la práctica periodística cuando Abuelas de Plaza de Mayo informa y lo que se dice en la prensa. ¿Cómo se da ese desplazamiento de la comunicación Institucional de Abuelas y el rol del periodista a la hora de cubrir un caso?
Hace unos días, en el juicio del genocida Riveros (Santiago Omar Riveros, represor de Campo de Mayo) que pedía su liberación, una nota comienza diciendo que diferentes organismos de derechos humanos solicitaron que no salga en libertad. Lo pide Abuelas, Madres de Plaza, los “Nietos”. Y “nietos” no es una organización, en todo caso, lo piden H.I.J.O.S., y Familiares… como si los nietos no fueran familiares de desaparecidos.
Hoy por hoy cuando se encuentra, restituye una persona, hablamos de un adulto que tiene más de 44 años. Abuelas recupera sus nietos, que serán sus nietitos de por vida, y la organización lo pone en palabras. Por más que sea Abuelas, el acto de comunicación tiene que ver con la esencia de la organización. Nosotros no somos parte de la organización, no estamos haciendo comunicación institucional, sino otro trabajo.
Lo que es central, es respetar los tiempos de no dar la información antes que lo haga la institución Abuelas de Plaza de Mayo, porque hay cuestiones que desconocemos. Por un lado, porque es jugar a la primicia y pensar a la comunicación como mercancía. No es quién lo cuenta primero, sino lo que importa es qué es lo que se cuenta, cómo se le transmite a la sociedad, y reflejar que ese hallazgo no es un tema particular de un par de familias sino que nos hacen como sociedad toda. Y, por otro lado, Abuelas se entera, tiene la confirmación pero tarda en dar la noticia por diversos motivos que pueden ser porque aún no lo saben parte de los familiares de la persona restituida, o bien todavía no se le dijo a la persona restituida y es espantoso que se entere por los medios, y, en algunos casos muy particulares, es por algún tema judicial.
Entonces dar la primicia antes que lo diga Abuelas de Plaza de Mayo, puede interferir con una causa judicial y eso es muy peligroso. En ese sentido, hay que ser muy cuidadosos, porque son temas muy emotivos, que siempre están acompañados de un drama humano, pero también de una causa judicial, entonces hay que ser precavidos.
-¿Cuáles son las lógicas más frecuentes que funcionan dentro de las redes sociales?
Ahí hay un tema no resuelto, porque primero decimos, en las redes sociales comunican todos, no solamente los comunicadores. Entonces, ¿en las redes sociales tenemos una responsabilidad distinta, por ejemplo, que mi prima que es médica? ¿Tenemos un comportamiento diferenciado? Pero, ¿qué es lo que ha pasado? Puede que algún familiar le haya dicho a alguien y se filtra la noticia de un nuevo hallazgo de persona y empieza a correr antes de que lo oficialice la institución.
En general suele ser con desborde de alegría, “Bienvenido nieto ….” y allí es toda una historia con el manejo de nuestras propias redes. ¿Tenemos una responsabilidad distinta que quiénes no son trabajadores de prensa? También es cierto que cuando sabes que sos trabajador de prensa y lo publicás en tu red personal, circula el “si lo dijo fulanita”. El capítulo ligado a redes se hace más preguntas que respuestas concretas, porque es muy difícil parar esa situación.
Diría que todo este proyecto nació en torno a ese tema. Un día estábamos con Daniel Badenes, que es el coeditor, y nos encontramos con que en las redes se anunciaba el hallazgo de una persona restituida, y nosotros estábamos diciendo paren que todavía no salió la información oficial. Pero también nos advertían, sí pero tal periodista que es muy reconocida lo dijo en Twiter. Dijimos acá hay un problema de la comunicación de derechos. Y bueno, no resolvimos aún estos problemas pero nos dijimos hay que hacer algo. Así surgió este libro y hacemos los talleres de formación.
Nota: El libro se puede solicitar o bajar en la red social Facebook: “Identidades restituidas”: un aporte a las buenas prácticas periodísticas.
*Periodista. Agencia Prensared.