Río Tercero | Memorias del atentado

A 26 años de la  tragedia, un grupo de trabajadores de prensa de Córdoba que realizaron la cobertura del atentado a la planta de Fabricaciones Militares de Río Tercero, ocurrido el 3 de noviembre de 1995, se reunió para compartir aquella experiencia excepcional y dramática que los marcó para  siempre. El largo proceso de impunidad que aun continúa.

Por Katy García*

En el anfiteatro de la ciudad de Rio Tercero, este lunes,  se llevó a cabo un encuentro presencial organizado en forma conjunta por el Círculo Sindical de la prensa y la comunicación (Cispren), periodistas de Río Tercero, y la Municipalidad de la ciudad del centro provincial. Cabe destacar que la reunión estaba planificada para los 25 años pero no se pudo realizar por la pandemia. Durante la apertura se hizo un minuto de silencio en homenaje a las  víctimas directas Romina Torres, Hoder Dalmasso, Leonardo Solever, José Varela, Aldo Aguirre, Elena Rivas de Quiroga, y Laura Muñoz.

En la apertura, habló la secretaria de cultura y educación de la comuna, la secretaria general del Cispren,  y el intendente de la ciudad. Presentó y moderó, Fernando Ceresole, secretario del Interior del sindicato de prensa. La funcionaria municipal Carolina Goñi destacó que noviembre “es un mes muy especial porque  hemos tomado a la memoria como una política pública, una  política de estado, que se construye sí o sí con cada uno de los engranajes de la comunidad que arma una trama que se va enlazando con emociones, con trabajo, con acciones, y con un sembrar continuo de recordación, de dolor y también  de esperanza”.

De izquierda a derecha: Fernando Ceresole, Carolina Goñi, Marcos Ferrer y Mariana Mandakovic.

 Mariana Mandakovic, recordó que el expresidente Carlos Menem apenas llegó a la ciudad le dijo a la prensa: “Ustedes tienen la obligación de informar que esto fue  un accidente” cuando en realidad años después se pudo comprobar que fue un atentado. “Sabemos que no tenemos la obligación de informar lo que nos dicen otros; tenemos la obligación de registrar, de buscar la verdad de los hechos, y de poder responder a la sociedad porque esta es nuestra función social”, reafirmó. En aquél momento, dijo,  la “sociedad había sido avasallada, se cobró muertes y más de 300 heridos” entonces “No podemos ocultar la verdad para que algunos intereses queden intactos y para que los negocios de unos pocos nos afecten como sociedad”.  Por eso en “En honor a ese trabajo que hicimos y de  mostrar esas imágenes que recorrieron el país y el mundo,  hoy estamos acá y los protagonistas son los trabajadores de prensa”.

En esa línea el intendente Marcos Ferrer  señaló que “fueron los únicos que pusieron en duda la tesis de un accidente, desde el primer momento, y los que colaboraron para que (el expediente) no durmiera en algún  cajón de escritorio de  la  justicia federal que nos tiene acostumbrados a archivar las causas que tienen involucrada a gente vinculada al poder”.  Destacó la importancia de los medios locales y provinciales y aclaró que no fue fácil que la prensa nacional diga que fue un atentado y que la decisión política de no adherir al duelo nacional por el fallecimiento del expresidente Menem permitió que el tema vuelva a estar en la agenda pública y se nacionalice.

En ese orden de ideas afirmó que “desentramar el atentado tuvo que ver con la causa de la venta de armas a Croacia lo cual permitió saber que el móvil del atentado fue la desaparición de pruebas en relación con  otra causa penal por la que debió estar preso”. Agradeció en nombre de la ciudad el trabajo llevado a cabo arriesgando “hasta la propia vida” para informar a los cordobeses y cerró con una reflexión:  “Un pueblo que no tiene memoria no tiene destino porque se condena a repetir sus fracasos y lo más grave es que haya sido el estado  nacional el que lo produjo”. Recordó a los tres atentados ocurridos en el país -AMIA, Embajada de Israel y Rio Tercero- , y destacó  la enorme lucha de  Ana Gritti, única querellante de la causa penal que falleció en 2011. Más adelante Néstor Pérez,  puso sobre la mesa otro atentado silenciado: el Bombardeo de Plaza de Mayo, también perpetrado desde el estado.

Cronicar la “guerra”

Periodistas de la gráfica, la radio, y la televisión -cronistas, camarógrafos y reporteros gráficos-  se reunieron para socializar información y hacer memoria. Antes de comenzar  la ronda de testimonios, se realizó un intercambio obsequios entre las entidades organizadoras. El  intendente le regaló al Cispren un ejemplar del libro Esquirlas de Noviembre. Cuando Río tercero fue bombardeado desde las sombras de la  corrupción, de Fabián Menichetti. Por su parte, el sindicato le hizo entrega de las tapas de algunos diarios de la época. La  periodista Adriana Rivarosa -en aquel momento cronista de Canal 8  y próxima a jubilarse-, recibió del gremio la réplica de una foto ampliada y encuadrada realizada por Daniel Cáceres que la muestra en plena cobertura ayudando  a un ciudadano.

Carolina Goñi, Bárbara Arias y Mariana Mandakovic, le entregaron a la periodista la foto encuadrada.

Además de las exposiciones presenciales y en vídeo, que fueron amplias, extensas y emotivas, una imagina que  amerita  convertirse en una publicación de producción coral. Pero, mientras eso suceda les acercamos un puñado de fragmentos de los testimonios escuchados en la reunión. A la vez, ponemos a disposición el enlace de la transmisión completa que realizó la municipalidad. (**) Cabe aclarar que los lugares de trabajo consignados entre paréntesis al lado de cada nombre corresponden a los medios para quienes trabajaban en aquél momento.

El primero en romper el hielo fue Menichetti quien ofició de coordinador de la reunión junto a Néstor Pérez. “Es muy difícil  tomar distancia de la noticia cuando vos sos parte”, aclara el cronista. Y evoca aquél momento cuando iba caminando por la calle y lloraba. “Somos seres humanos, no somos robots, nos corre una fibra intima, algo en el interior que me había conmovido porque se trataba de mi ciudad y porque no sabía si mis padres estaban vivos o muertos, porque no sabía si mi abuela estaba viva o muerta”. Cuando  llega a la radio, sube al segundo piso, ve los vidrios rotos y su colega Tato le dice”vayámonos a la mierda sacar a nuestra familia”. Cuando regresan, un hombre le toca el hombro y le dice: “pedí por mi nene que no sé dónde está”.  Tomó el micrófono, se identificó y avisó que con su familia estaban vivos y así comenzó una tarea de búsqueda muy importante.

Eduardo Luchense (Radio Delta) agregó una puntada al hilo que teje la trama del gran relato. Contó que ese día le tocó hacer un doble trabajo porque en los hoteles de Embalse albergaban a 3000 personas y a la vez informaban y respondían llamadas desde diferentes puntos del país que averiguaban sobre la situación de las personas evacuadas. En tanto que  Mauricio, de Almafuerte, aporta una situación que le tocó vivir mientras trabajaba junto a otros trabajadores para el canal televisivo de la Cooperativa. De pronto, observaron que una mujer relacionada con la salud les hacía señas para que paren el automóvil y la ayuden a sacar a las personas mayores de un geriátrico. Mientras colaboraban con esa tarea, un equipo de Cadena 3, con Cristian Moreschi, narraba en directo la situación.

Maria Teresa Macello (Canal 10 de Córdoba).”Comparto todo lo que se ha dicho”, dijo antes de aportar su narrativa. “La primera imagen que tengo es la de una ciudad vacía. Luego vimos una bomba sobre un cantero y nos fuimos acercando a la zona de guerra donde hablamos con  Oscar Aguad. Hicimos algunas notas con varias personas y un señor  me dijo: ”yo pensé que esto iba a pasar y tengo miedo por Embalse” mostrando ese sentimiento de vulnerabilidad.  Con Julio Escudero (camarógrafo) llegamos a la zona de desastre y nos metimos en casas destruidas pero armadas.  Vi una, con la cama tendida y un enorme misil incrustado en medio de la cama. No vi esa imagen, pero no creo que sea producto de mi imaginación. En otra casa, que tenía las ventanas y los vidrios rotos, vimos una jaula con dos pajaritos petrificados. Ahí se me vino la imagen de Pompeya”, dijo, y comentó que mientras filmaban sentían que estaban violentando la intimidad de otras personas.  Y agrega “Guardo  en la memoria lo que dijo Menem y creo que agregó para tranquilidad de la población”. Al año siguiente, volvió a cubrir el primer aniversario del atentado y pudo ver que la desolación continuaba. Cuando fueron a la iglesia “recuerdo que vi a hombres arrodillados, llorando”.

Adriana Rivarosa (Canal 8). “Estábamos volviendo a unas cinco cuadras y nos teníamos que resguardar contra la pared por las esquirlas. Entonces veo venir a un hombre rengueando. Me acerco con el micrófono  inalámbrico y le pregunto ¿qué le pasa? y a unos 30 metros veo una bola de fuego y él se cae al piso.  Estaba buscando a su hermano, y los bomberos lo llevaron”.  Daniel Cáceres, autor del registro, interpretó que la cronista se acercaba para ayudarlo, que realizaba una acción humanitaria antes que periodística. Comentó además que Arroche le había recomendado que caminaran contra la pared para cubrirse de las explosiones. Otro detalle que recordó fue la cara de Ramón Gómez cuando le tomó una foto. Estaban a una cuadra de la zona cero cuando se produjo la segunda explosión. “Entre risas y llantos todo mesclado, porque estábamos muy tensionados me dice: “Cáceres, me querés decir qué carajo hago acá si yo  hago deportes. Pero qué culpa tengo yo…”. (Ver la foto en el video).

La cronista de  Canal 8 de Córdoba  que realizaba la cobertura para el noticiero que se emitía al  mediodía, recordó el periplo que atravesó sorteando las calles donde les impedían el paso hasta llegar a la canchita de fútbol donde  se encontró “con gente llorando, ensangrentada, y una mujer que nos decía mi marido es diabético. A lo que voy, es al trabajo que hicieron de los bomberos sin protección” y sin elementos adecuados de trabajo. En ese recorrido vio cómo apuntaban a (Guillermo) Borioli “detalle” que el periodista no había comentado y que luego completó. “No teníamos información oficial” y fue el ministro Porta quien les confirmó las muertes. También se  les acercó Germán Kamerath para validar la tesis del accidente.

Nelba Manera(Canal 10) Entre los testimonios grabados en vídeo está el de la  enviada especial de canal universitario quien quien relata que tras una jornada agotadora de trabajo, de sufrimiento, a medianoche,  participó de un programa especial. “Me senté en el estudio y empecé a ver las imágenes. Me asombré. No sabía lo profundo que había hecho. Hasta dónde había llegado, porque le decía al camarógrafo vamos, vamos al lugar donde salía el humo. Tenemos que llegar hasta ahí, tenemos que llegar, para hacer el copete. (…)Llegué a ese lugar que era nada menos que el mortero desde donde salían las bombas. Era la única que había llegado. Ahí tomé conciencia del horror”, afirmó. Luego, describió tres recuerdos grabados a fuego. Uno, donde ve a un hombre arrodillado con las manos en cruz elevadas al cielo frente a su casa destruida por una bomba. El segundo, fue lo primero que ví cuando llegué: una canchita de fútbol llena de bombas y que caminaban entre ellas. Y el último,  ver al presidente de la nación (Carlos Saúl Menem) a las cinco en punto, entrando a Rio Tercero, y dando una conferencia de prensa. “Y ahí empezó el otro horror, el que no cesa, el que dura hasta hoy”.

La dupla Menem Mestre fue muy recordada durante la jornada.

Guillermo “Pinocho” Borioli (Radio LV2) muy emocionado contó con lujo de detalles aquella jornada cuando luego de concluir la emisión del Informativo que conducía en LV2 salió rápidamente rumbo a Rio Tercero. Tras superar un par de obstáculos logró llegar al lugar junto al productor Marcelo Ledesma.  Después de recordar otras coberturas importantes y riesgosas “Nada me marcó tanto como Rio Tercero. Nada. Entramos por la avenida Savio y era un desastre. Escuché decir guerra, era una guerra. Escuché decir esquirlas, acá está. Un kilo 200 de hierro que caía como lluvia y pegaba en el piso incandescente y rebotaba”, dijo, y mostró el hallazgo que pasó a ser un pisapapeles. También como otros periodistas atravesó la parte crítica y restringida de la fábrica, Fueron amenazados y echados del lugar. “Ahí empiezan las dudas”, dice y cita  la versión que anunciaba que un “papel terminó encendiendo el trotyl” cuando eso no es así. Con el tiempo supo que se trató de un atentado a control remoto.

Marcelo Zamboni (Crónica TV) “Soy de esas personas que piensa que  debemos recordar lo que pasó porque es la manera de no volver a repetir la historia. Supongo que muchas  voces han hablado de lo trágico que fue aquella  jornada; todos sabemos lo triste de las muertes y de los heridos por  las explosiones. Pero  quiero hacer hincapié -en un segundo plano- como trabajador de la imagen, los pequeños minutos que resumen lo que suele significar un dolor, en este caso un dolor colectivo, porque la toda  ciudad había sido dañada.  Me acuerdo que con mi amigo -en aquel momento principiantes- Néstor Pérez fuimos a la ciudad de Rio Tercero  después de enterarnos de  la primera explosión, cruzamos el  Puente de Piedras Moras y encontramos a personas  que venían caminando  en sentido contrario al nuestro”.

Marcelo Trento (Canal 12) trajo un video casete grabado por su padre  que da cuenta del riesgo que asumieron como periodistas para acercar información a la población. “Si hay algo que define a la profesión, es cuando  tomamos riesgos”, reflexionó y afirmó que esta experiencia fue la más importante en su profesión. Contó que salieron “sin saber con qué nos íbamos a encontrar” como les ocurrió a una cuadra de los polvorines  donde “pisábamos bombas armadas con el auto” sin saber. Rememoró que en una ocasión iba detrás de Adriana (Rivarosa) cuando explotó una bomba cuya  onda expansiva la tiró contra la pared y fue rescatada  entre varios. Otra imagen que lo impresionó fue ver a un perro partido al medio por una esquirla y a su dueño triste y lloroso. También describió “la caravana de gente en paños menores, en camisón, con un bolsito,  semidesnuda y en estado shock. Una  hilera de personas que se trasladaba desde Almafuerte a la fábrica. Cuando llegamos, vimos un escenario de guerra”.  A 26 años, dijo, se sigue pidiendo justicia. Para los próximos años -propuso- que se siga con este trabajo especialmente con los jóvenes para mantener viva  la memoria.Destacó que “el valor  de este encuentro es mantener viva y activa  la memoria”.

Irma Montiel (reportera gráfica, La Nación). “El primer día, por supuesto, vimos ese reguero de esquirlas y de explosiones constantes por donde nosotros, pocos, nos movíamos en la zona roja. Recuerdo una imagen del fotógrafo fallecido, Héctor Arroche,  desatando a un perro desesperado y solo. También contó cómo impacta “el silbido, y la onda expansiva que  te pega en el pecho y que puede tirarte abajo. Estábamos  contra la pared tratando de resguardarnos para registrar las imágenes. Entré a la escuela, que estaba destruida y en el pizarrón se leía: La Tia  le leía a los chicos un cuento de terror”, algo increíble justo ese día. Otra imagen que recordó fue “una montaña de bombas de todos los tamaños y  en un sector apartado un gran toldo cubriendo las bombas regadas por los bomberos. Las bombas que no exístían”. Además, se refirió a las pruebas que buscaban “inculpar a los trabajadores en ese accidente -según ellos- cuando las bombas se habían dirigido a un sector cuidando a otros como la planta química y el barrio  militar.  También se refirió a la actitud de los políticos y de la justicia. A las amenazas a los trabajadores de prensa y  cuando le apedrearon a Corach el auto”.

Marcelo Zona (Diario de Villa María) relató que  junto al redactor  Carlos Díaz Barraza y Roberto Babalfi  no dudaron en viajar hasta Rio Tercero. Fueron con la idea de “hacer periodismo puro”, rescatar testimonios de la gente en las calle, en las puertas de la casa, y buscar imágenes. El tema era muy significativo para la ciudad de  Villa María donde existe una fábrica militar. “Entramos al barrio y un policía nos advierte que tengamos cuidado con los detonadores. Íbamos esquivando un baldío cuando explotó una bomba. Y un policía al ver nuestra reacción nos dijo: ¡qué cagazo! un comentario sorpresivo, que nos hizo sonreír”.   Asegura que “hicimos el trabajo  porque somos periodistas, periodistas de raza, no nos hemos fijado en los riesgos, ni tampoco reclamamos horas extras en ese momento”.

Denise Audrito cuenta su experiencia. A su lado, Fernando Colautti y más atrás,  Héctor  Brondo.

Fernando Colautti (Tribuna ) tiene más de 30 años de profesión y 26 de sobrellevar aquél evento. El primer día “con cero coraje tomé el auto y un grabador sin saber qué pasaba, solo veía el humo que dejó el hongo”. Era la primera explosión que generó un gran ruido, vidrios rotos, incertidumbre y  temor.  Contó varias experiencias entre ellas la primera información que recibió en el sector de la portería cuando vio salir a la gente gritando “son los polvorines, es la planta de carga”.  En ese momento una familia le pide que los saque del lugar y luego vinieron las otras  explosiones, graves con con voladuras de esquirlas. Subrayó que en ese entonces la población se preguntaba cómo se produjeron apenas  siete muertes cuando debieran ser decenas o centenares. Ahora, “Lo que más nos pesa, los más importante, lo  de fondo, son los  26 años que siguen siguiendo. Nos costó mucho conseguir alguna verdad o certeza judicial;  pero la comunidad tiene asumido que fue un hecho programado y provocado. Lo central, de estos 26 años, del  entramado político y judicial que acompañó la causa me parece que es muy significativo entender que la corrupción mata”.  En marzo de 1995, aparecían las primeras versiones y rumores de una presunta venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador y meses después se produjeron las explosiones. “Sin esas operaciones ilegales, sin el desprolijo, arbitrario, y corrupto sistema de acopio de material de distintas unidades del ejercito para maquillarlas y decorarlas para venderlas,  no hubiera ocurrido la tragedia de  Rio Tercero”, concluyó.

Denise Audrito (Corresponsal de La Voz del Interior) cubrió la causa desde el primer momento. Vivía detrás de la sede policial cuando se produjo la segunda explosión que le desplomó el portón del garaje. “Entonces, me dijeron el Tubo Durán y Oscar Beguán  que no vaya, y luego llegaron  en  helicóptero. Mi casa se transformó en una redacción donde el baño se convirtió en cuarto oscuro para revelar las fotos”, contó. Luego leyó un fragmento de una crónica publicada en el diario tras las segundas explosiones donde  refleja la indignación periodística por lo sucedido y el reclamo por el derecho a la información de la población víctima de un desastre. (…) “La catástrofe ocurrida demostró que los intereses económicos inclinaban la balanza, la gran deuda con los habitantes es tanto moral y económica como de información…”,  destaca, el texto leído. También  recordó a Héctor Arroche (a) Caballo loco “cómo peleaba y decía soy corresponsal de guerra para realizar su trabajo y se lo impedían”. Al finalizar agradeció al Cispren “esta oportunidad de juntarnos y sentir en carne viva los valores que compartimos en un momento tan crítico para el periodismo y comprometernos con la verdad y el derecho a la información de la gente”.

Oscar Beguán (Fotógrafo -La Voz del Interior) lamentó no poder estar presente pero le  envió a Fernando Ceresole un audio por  WhatsApp donde cuenta cómo se vivió ese día en el diario. “Cuando cruzamos las primeras informaciones de lo que estaba ocurriendo en la fábrica solicitamos un helicóptero y nos fuimos con Durán. Fue una situación magnífica porque te permite registrar con absoluta certeza y proximidad la situación. El piloto no aterrizo sino que bajó cerca del suelo y nos llevó hasta la cancha que estaba plagada de explosivos y ahí nos largamos. Afortunadamente no pasó nada grave. Esto también me permitió hacer muy buenas fotografías, como el traslado de una chica herida, mas la rotura de las casas muy próximas y afectadas por las explosiones de las bombas. Esta situación  me motivó un estado de congoja, de mucho dolor  e impotencia”.  Agradeció y envió saludos para el auditorio.

Guillermo Sapia (LV21 de Radio Champaquí, Villa Dolores). El periodista trabajaba en el Servicio informativo de la emisora. “Estuvimos presentes en ese acto de barbarie, irracional. Hace 26 años,  la emisora me mandó como enviado especial en un avión del Aero club de Villa dolores a  muy pocas horas de haberse producido este atentado  intencional contra la gran familia de Rio Tercero. Abordé ese vuelo con un piloto civil. Nos encontrábamos en el aire y veíamos el cielo azul producto de las bombas  por la deflagración y nos dejaban aterrizar. Eso nos dio una sensación de inseguridad, de miedo”, cuenta a través de un vídeo.  Cuando la máquina se identificó, los autorizaron  bajar.

“En mis 54 años de trabajo nunca, nunca,  viví algo parecido. La gente. aterrorizada,  la gente apiñada en esa estación aérea del  club buscando una respuesta. Más que a respuesta buscando una protección  a esta actitud demencial por solo 35 millones de dólares algo así como seis mil toneladas de  fusiles, obuses, cañones, y municiones que viajaron a lugares que no estaban autorizados por el gobierno nacional. Una verdadera apantalla. Un presidente estuvo condenado por siete años. La telaraña de las apelaciones le permitió zafar en una cómoda quinta en Don Torcuato. Mientras, 6 ingenieros militares fueron a la cárcel. La gente todavía está esperando el brazo de la justicia que aún no llega. La gente, sigue esperando justicia”.

** Ver la jornada completa aquí  

*Periodista. Agencia Prensared. Fotos: Bárbara Arias (secretaria de prensa del Cispren).

www.prensared.org.ar