Este 25 de Noviembre, fecha en la que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la Secretaria de Género del Cispren presenta a las 16, en el Cispren (Obispo Trejo 365), el Protocolo de “Prevención de la violencia de género para empresas periodísticas de la provincia de Córdoba” con el objetivo de establecer procedimientos para la prevención, asistencia y protección para las mujeres de los medios de comunicación en todo el ámbito de la provincia de Córdoba.
Por Myriam Mohaded *
La abogada María Marta Terragno, especialista en Derecho del Trabajo y asesora de la Intersindical de Mujeres de la provincia de Córdoba, destacó la importancia de la vigencia de los protocolos y argumentó que la necesidad de promover la defensa de los derechos de las mujeres es otorgar una mirada más amplia y abarcativa a las causas que determinan la precarización y flexibilizacion laboral.
– ¿Qué importancia tienen los protocolos de prevención de violencia de género en las empresas o ámbitos de incidencia de los sindicatos?
En primer lugar es importante que existan protocolos de prevención e intervención ante la violencia de género en los ámbitos laborales ya que es uno de los modos en que se reconocen los conflictos, las afecciones y sufrimientos que atraviesan a la violencia de género. No se puede encontrar soluciones a los conflictos que no se nominan. En la actualidad casi todes entendemos de qué hablamos cuando hablamos de violencia de género, no obstante al movimiento feminista le llevó muchos años que las violencias contra las mujeres tuviesen un nombre -violencia de género laboral, violencia obstétrica, entre muchísimas otras-, que se logró normativamente en el ámbito nacional con la Ley de Protección Integral a las Mujeres N° 26.485 del año 2009, con la incorporación de la figura del femicidio como tipo penal en el año 2012, por mencionar algunos ejemplos. Contar con protocolos es importante porque significa que las empresas, instituciones y organizaciones “se harán cargo” de los conflictos que atraviesan la violencia de género y afectan derechos humanos fundamentales de las mujeres y personas disidentes sexuales.
En segundo lugar, los protocolos al establecer medidas de prevención y procedimiento otorgan garantías a las personas trabajadoras en relación a que sus derechos serán protegidos, a que serán escuchadas y contenidas y a que sus conflictos serán solucionados en el ámbito laboral. En mi opinión, los protocolos que aseguran la participación de les trabajadores a través de sus organizaciones sindicales en Comités Mixtos o Comisiones Paritarias son los más efectivos, en tanto que lejos de ser declamativos, convierten a les trabajadores en actores principales en el abordaje e intervención ante situaciones de género.
– ¿De qué manera se pueden trabajar estrategias preventivas, mejorar las condiciones laborales y concientizar para erradicar la violencia sexista en el ámbito laboral?
Las mejores estrategias preventivas son las que permiten en los ámbitos de trabajo espacios de diálogo y escucha. Aquellas organizaciones de trabajo rígidas, con jerarquías autoritarias o por el contrario ausencia de mando donde prima la indiferencia (y que terminan consintiendo la violencia) son el caldo de cultivo para que la violencia sexista se reproduzca. También es muy importante la formación, a través de charlas, talleres, materiales de difusión que promuevan a la reflexión. Ello permite visibilizar las características de la violencia de género, los estereotipos socioculturales que las atraviesan, y porqué no los factores económicos y políticos que las enmarcan.
En cualquier caso, las medidas preventivas y de concientización deben tener una mirada colectiva con perspectiva de género y que apunte a la organización de trabajo (entendida como el modo en que se desarrollan las labores y se determinan las jerarquías en un ámbito laboral).
– Desde la Intersindical de Mujeres, ¿qué acciones colectivas conjuntas se están trabajando para lograr mayor equidad de géneros?
En la Intersindical de Mujeres confluyen mujeres que ocupan distintos cargos de representación sindical de sindicatos de diversas ramas y extracciones sindicales (están presentes gremios de todas las centrales sindicales) y que tienen el inmenso valor de promover acciones colectivas de concientización, difusión y acción gremial para visibilizar la discriminación hacia las mujeres trabajadoras. Desde la férrea oposición al intento de reforma laboral del gobierno macrista que de haber sido aprobado hubiera colocado a las mujeres trabajadores en un lugar aún más desigual al que están, hasta la interpelación sobre la necesidad de legislar sobre las responsabilidades del cuidado en los ámbitos de trabajo, y que éstas se encuentren reconocidas en los Convenios Colectivos de Trabajo, son ejemplos de las acciones colectivas. Próximamente estaremos trabajando también en la difusión y promoción del reciente Convenio 190 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) sobre violencia y acoso en el ámbito de trabajo, que incluye expresamente la violencia de género laboral, visibilizando su contenido e instando a que sea ratificado por el gobierno nacional.
– ¿Conoce en qué gremios de la provincia de Córdoba rigen protocolos contra la violencia de géneros?
La vigencia de protocolos contra la violencia de género comienza a ser una práctica extendida y en la actualidad en el ámbito de les docentes, en algunos lugares de la administración pública provincial y nacional, judiciales, actores y también en el Sindicato de Prensa.
– ¿Cuál es el rol de las organizaciones sindicales en este proceso?
Por lo general, han sido las organizaciones sindicales las que promovieron la necesidad de que se regulen medidas y acciones frente a la violencia de géneros mediante protocolos. Principalmente, esto se debió para la ampliación de derechos y también para que se reconozcan las características típicas que configuran la violencia, que no siempre pueden solucionarse frente a acciones gremiales típicas de reclamo y confrontación, ello en atención que del otro lado de la relación violenta hay una persona que le han vulnerado sus derechos, que debe ser respetada su intimidad y confidencialidad y que no debe ser revictimizada. Con esto quiero decir que también la vigencia de protocolos responde a una necesidad hacia dentro de los sindicatos, donde también es necesario discutir la perspectiva de género en las relaciones de trabajo y el rol de los sindicatos en promover la real equidad de géneros.
– Según datos o estadísticas de situaciones de violencias de género, ¿ cuáles son las situaciones de violencias más frecuentes que se dan en los diferentes ámbitos laborales?
Las estadísticas nacionales sobre violencia de género en general, son de dudosa aproximación, menos aún en los ámbitos laborales, aunque si sabemos que quienes más sufren situaciones de violencia laboral son las mujeres. La desigualdad se patentiza en la mayor tasa de desempleo de las mujeres, en especial de las mujeres jóvenes (la tasa de desempleo de las mujeres de 14 a 29 años fue del casi 20% en el año 2018), la mayor precarización de los empleos (son las mujeres quienes ocupan puestos de trabajo (sin registración, inestables y con peores salarios), circunstancias que son determinantes a la hora del ejercicio de la violencia, de los abusos, del acoso sexual. También si entendemos a la discriminación como una forma de violencia las mujeres por realizar las mismas tareas que un varón se les abona el 28% menos de salario.
– En un escenario de avance de la precarización y flexibilización laboral, la defensa de los derechos de lxs trabajadorxs de los medios de comunicación -tales como, por ejemplo, el acceso a cargos jerárquicos, poder romper “el techo de cristal”, lograr igualdad de oportunidades- quedan relegadas como a un segundo plano. ¿Cómo hacemos para integrar la defensa de los derechos laborales y de género?
Creo que no debemos considerar la defensa de las cuestiones de género como un apéndice de las demás demandas y reivindicaciones laborales. Los derechos de las mujeres no son un “agregado” de los demás derechos, las mujeres ocupamos una enorme proporción dentro del mercado de trabajo, siendo absoluta mayoría en algunas actividades, por lo que promover la defensa de los derechos de las mujeres también es otorgar una mirada más amplia y abarcativa a las causas que determinan la precarización y la flexibilización laboral. En tal sentido, no se van a solucionar las desigualdades de clase sino se resuelven las desigualdades de género, como así tampoco serán resueltas las desigualdades de género, sino resolvemos las desigualdad de clase que generan políticas neoliberales, que mercantilizan el trabajo y la vida.
(*) María Martha Terragno. Abogada. Especialista en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social (UNC). Posgrado de Especialización en Globalización, Constitucionalismo y Derechos Sociales (Universidad de Castilla La Mancha, Toledo, España).
* Periodista.
Fotografía portada: Bárbara Arias.