Cuando se cumplen 18 años del asesinato de Nora Dalmasso, el máximo tribunal del país convalidó el fallo contra el periodista que con mayor ahínco y compromiso siguió la causa judicial.
Por Alejandro Fara*
Si la mitad del empeño que puso en perseguir y castigar a un periodista, la Justicia lo hubiese destinado a ir a fondo en la investigación del asesinato de Nora Dalmasso, el crimen de la Villa Golf llevaría años resuelto.
Pero, se sabe, no vivimos una época especialmente racional y, mucho menos, justa. Por eso, 18 años después, la causa Dalmasso seguirá siendo una de los asesinatos impunes más vergonzantes de los tribunales riocuartenses y, por eso también, la única cucarda que podrá colgarse en el cuello la corporación judicial será la de haber condenado a un periodista. No a cualquiera, sino al que con mayor ahínco y compromiso reflejó las torpezas de quienes tenían a cargo la pesquisa y los burdos intentos por echar barro y desviar la investigación.
Ahora, la Corte Suprema de Justicia de la Nación acaba de dilapidar una chance inmejorable de poner algo de racionalidad en una causa a la que no le faltó ningún ingrediente para transformarse en una obra maestra del horror. En un fallo que le llevó seis años para ser “meditado” y una sola línea para ser escrito el máximo tribunal del país resolvió que “el recurso extraordinario, cuya denegación originó está queja es inadmisible”.
Chau, te fuiste, como en el campito.
No hay fundamentos, no hay explicación de por qué se echó por tierra la postura del Procurador General Víctor Abramovich que en 2021 intentó poner las cosas en su lugar con un dictamen que significó una fuerte advertencia al Tribunal Superior de Justicia de Córdoba por haber rechazado el recurso extraordinario presentado por el periodista Hernán Vaca Narvaja. “Fue mal denegado en la medida en que pone en tela de juicio la interpretación de las cláusulas constitucionales que garantizan la libertad de expresión, el derecho al honor, a la intimidad, a la imagen, la protección de la vida familiar y el interés superior de las niñas y niños”, decía el Procurador.
Parecía la antesala de una medida reparadora después de largos años de asedio y de intento de disciplinamiento. Con ese temperamento se tomó aquella noticia en la sencilla reunión que un puñado de periodistas de la ciudad compartió con Vaca Narvaja en la sede del Círculo Sindical de la Prensa. Era la manera que habían encontrado de abrazar al colega y al amigo, de decirle que no estaba solo en una pelea que desde el vamos se presentó desproporcionada y carente de toda lógica.
Tres años después, el efecto balsámico se disipó abruptamente con el fallo de los cortesanos.
No viene mal un ejercicio de memoria. ¿Se acuerdan de la invasión mediática de aquel fin de año de 2006? En medio de la carnicería mediática que montaron los canales sensacionalistas de Buenos Aires en aquellas semanas en las que el crimen de Nora medía niveles astronómicos de audiencia, con truculentas imágenes de la víctima desfilando por el prime time, resultaba arduo (y todavía hoy cuesta) entender cómo la inusitada artillería judicial del viudo Marcelo Macarrón estuvo selectivamente orientada a tres periodistas de reconocida trayectoria de la ciudad: el director de Revista El Sur, Hernán Vaca Narvaja; la directora de Otro Punto, Alejandra Elstein, y la entonces periodista de Canal 13 Vanesa Lerner.
¿Qué era eso sino un intento de acallar a la prensa riocuartense? Y habría que subrayar riocuartense porque los peores exponentes de la prensa rapiña, los que llegaron de paso, sembraron las coberturas de amarillismo y mancharon la memoria de la mujer que acababa de ser brutalmente ahorcada con el cinto de una bata, esos mismos que suelen estar acorazados con poderosos estudios de abogados, jamás fueron siquiera incomodados.
Eso sí. Lejos de lograr el efecto mordaza que pretendía, la demanda contra Vaca Narvaja no consiguió otra cosa que redoblar su esfuerzo. Como testimonio de su desempeño profesional en la causa Dalmasso quedarán no sólo las publicaciones de Revista El Sur, sino sus libros: Las cuatro muertes de Nora Dalmasso (Ediciones del Boulevard, 2008) y Crímenes en espejo, delicias de la Justicia country en Argentina (Ediciones Recovecos 2023).
Eso no es todo.
Además, como anticipara Otro Punto en su edición número 677, la serie que está preparando la editora británica Pulse Films y que Netflix anunciará próximamente tiene destinado un espacio protagónico para el único condenado en la investigación por el femicidio en la villa más tradicional de Río Cuarto, el periodista. Es que el crimen a Nora Dalmasso ya quedó impune. Nadie pagará por su muerte, o sí: esta vez, todo el peso de la ley estuvo reservado para el mensajero.
* Periodista y docente universitario (UNRC). Co-editor del libro “Memorias de Periodismo. Entrevistas a trabajadores de la comunicación en Río Cuarto. Fuente Otro Punto https://otropunto.ar/
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