“La apuesta a futuro es que caigan los modelos de impunidad”

María Eleonora Cristina, directora del Archivo Provincial de la Memoria, en diálogo con Prensared, destaca el trabajo que se viene realizando desde hace 15 años y cómo continúa en un contexto de pandemia. Y afirma que “los derechos humanos son de todos y todas”.

Por Katy García*

Días atrás, mientras se desarrollaban numerosas actividades por el 45 aniversario del Golpe genocida, Prensared le realizó una entrevista a través de whappsap  a la directora del  Archivo y Comisión Provincial de la Memoria, María Eleonora Cristina quien accedió al cargo por concurso, en 2016.

María es hija de Ana María Ayny Molina y de Roberto Luis Cristina militante de Vanguardia Comunista. Junto a otros 19 dirigentes y militantes populares fueron secuestrados y llevados al Centro  Clandestino de Detención  “El Vesubio” en agosto de 1978. Permanece detenido desaparecido.

En esta entrevista cuenta cómo trabajan los sitios de Córdoba en tiempos de pandemia y reflexiona sobre  la importancia de las políticas públicas, las disputas por el sentido  y las continuidades.

Crédito: APM.

-A 45 años del Golpe genocida y a 15 de la creación del Archivo y la Comisión de la memoria, a manera de balance, ¿qué puede destacar de lo hecho?

– Desde que se crearon el Archivo Provincial de la Memoria (APM) y la Comisión Provincial de la Memoria (CPM), en 2006, los hemos pensado como hitos en la conquista que ya venían planteando los Organismos de derechos humanos y nosotros como herederos de esa lucha. En términos de la constitución de políticas públicas, el Archivo nace sin un papel; y a 15 años, en cada uno de los procesos judiciales que se han llevado adelante, desde el 2008 hasta hoy hemos aportado documentación y hemos contestado solicitudes reparatorias no solo de leyes sino de verdad y justicia. Hubo casos en los que algunas personas contaban que no habían declarado que antes de la desaparición habían pasado por otro lugar. Entonces, pensamos que es importante proporcionar marcos de escucha para ampliar esas situaciones.

Luego de las conquistas  de los sitios de memoria La Perla y La Ribera  pensamos en esta doble dimensión como archivo y como espacio de memoria. Me refiero a trabajar desde otros lenguajes como el arte y la educación. Son numerosos los recorridos pedagógicos que por prepotencia de trabajo hemos realizado desde 2007 en adelante.

– Desde que empezaron las restricciones por el Coronavirus se perdió el contacto directo con lxs visitantes espontánexs y las visitas programadas. ¿Qué estrategia de trabajo han diseñado como espacios de memoria -APM, La Perla y La Ribera- en esta situación excepcional?

Desde el principio de la pandemia todo se plantea como un desafío. Pienso en dos situaciones puntuales. El año pasado nos encontró a una semana y media de la conmemoración de los  44 años del Golpe genocida. Entonces, salimos los tres sitios con una batería de recursos para trabajar pedagógicamente desde la virtualidad.

Otro hito interesante fue trabajar el Juicio Diedrichs – Herrera que había comenzado.  Pensamos talleres pedagógicos, intervenciones urbanas y el acompañamiento de los testigos. Además trabajamos, desde  Mirar y Contar las historias de vida de las víctimas. Este año, seguimos con eso,  pensamos Escena y memoria,  y otras actividades que no estuvieran circunscriptas al museo como sitio.

Plantando memoria con Sonia Torres. Crédito: Nicolás Castiglioni
-En ese orden ¿Qué actividades se llevaron a cabo?

Este año, seguimos readecuándonos a la virtualidad y hemos participado en otras actividades relacionadas con la sentencia del juicio como por ejemplo el mural que hizo Carlos Julio Sánchez, en homenaje a Wenceslao Vera, en las paredes del merendero  Los Caruchines. (1) También enmarcamos las actividades del  24 de marzo y seguimos acumulando datos en Presentes. Nos unimos  a la campaña  nacional propuesta por Abuelas de Plaza de Mayo  y plantamos  un árbol en memoria de Silvina Parodi (hija de Sonia Torres, embarazada de seis meses y medio, detenida desaparecida junto a su esposo Daniel Orozco. El bebe nacido en cautiverio sigue siendo buscado.) y de todas las embarazadas a las que unimos el reclamo por las nietas y nietos que faltan. También están las acciones propias y las articuladas como por ejemplo con el colegio Manuel Belgrano y en José de la Quintada.

Crédito: Nicolás Castiglioni.
– ¿Hay proyectos pendientes? ¿De qué depende su realización?

Pendientes, hay miles. Algunos propios y otros en articulación con diferentes instituciones. Pasado el 24M tenemos que cerrar algunos y empezar los nuevos. Como pendientes, tenemos que profundizar en  la información pública disponible que volcamos en Presentes web, llenar de contenido el archivo de Emilia D’ambra, y otros relacionados con lo pedagógico. A propósito les anticipo que está a punto de salir una publicación sobre este tema.

La concreción de estos planes depende de diversas variables. Que contemos con los recursos humanos y económicos necesarios, de las gestiones correspondientes,  y por supuesto de la pandemia que nos va modificando todo el tiempo. Tenemos mucho para pensar y hacer. Ver lo realizado en estos 15 años, publicaciones, señalizaciones, analizar el recorrido de la Comisión, las articulaciones con otros sitios e instituciones como  la universidad y los gremios son temas que tenemos en carpeta.

– ¿Por qué son importantes las políticas de memoria para la sociedad y las nuevas generaciones?

La memoria es la disputa sobre los sentidos del pasado en el presente. El trabajo con la memoria  implica sí o sí futuro, entonces, que haya un estado que se haga cargo de esas políticas no en términos de encerrarla y decir: hay que hacer esto. Sino que garantice su desarrollo. Que haya personal y  que se pueda capacitar, pensando en las nuevas generaciones y también con los que estamos. Porque seguimos hablando de desaparecidos. Nos hace falta encontrar sus restos. Nos  faltan lugares donde poner flores; Nos hace falta, cerrar muchos duelos; encontrar nietos y nietas, generar marcos de escuchas. Nos hace falta justicia, saber quiénes son los responsables de las atrocidades que se han cometido. Escuchar a los que han sufrido exilio, o  insilio, y también leyes reparatorias no solo individuales sino pensadas desde lo  social.

-¿Cuando se habla de continuidades en democracia a qué situaciones se está nombrando?

Lograr justicia después de  40 años no es lo que anhelamos. Pero sabemos que la apuesta a futuro es que  caigan los modelos de impunidad.  Y que la Argentina sea un país donde el  terrorismo no vuelva  Nunca más y esto nos lleva a reflexionar sobre las continuidades. Cuando hablamos de violencia institucional estamos hablando de modelos, censuras, exclusiones, o directamente la justificación del otro como no deseado. Sabemos que este modelo está socialmente muy impuesto y menciono este hecho como ejemplo. Se inauguró un mural  en homenaje a Gustavo Correa en Villa Allende y a los tres días fue vandalizado con pintura negra.  Se lo reparó y pasó lo mismo.  Claramente, es necesario seguir trabajando en este tema. Pensar la dictadura, entonces,  nos lleva a analizar qué modelo económico y  de país respecto a este peligroso y subversivo se quiso imponer. Y es ahí donde la memoria implica a las nuevas generaciones porque el modelo que queremos construir hoy debe tener los pies firmes. Donde se piense que un corte a la democracia o la violencia estatal  no sean una salida posible. (2)

– ¿Hay una o varias memorias? ¿Por qué está en permanente  disputa?

Estamos  convencidos/as de que las memorias son muchas y plurales. Por lo doloroso que es este pasado ha sido necesaria una maduración social. Si al día de hoy no podemos  por ejemplo tratar las memorias de las diversidades – sexuales, de origen, y económico sociales- como institución pública, no podemos establecer jerarquías en las memorias ni tampoco decir: la memoria es ésta, indiscutible. Entiendo que nuestro rol debe ser pararnos desde otro lugar.  Incluyendo otras memorias que quizá no acordemos o desconocemos porque no tenemos certezas de todo. Es ahí donde está la importancia de escuchar. Nuestro rol tiene que ver con modelos  tolerantes y no con la eliminación o la violencia. Debemos pensar esto en etapas, con la idea del respeto por el otro. Y es ahí donde volvemos a pensar que los derechos humanos son de todos y todas.

Crédito: APM:

Notas

1-Wenceslao Vera era secretario Gremial del sindicato de Obras Sanitarias y militante político del PRT-ERP. Fue secuestrado el domingo 28 de marzo de 1976, a las 15, en cercanías de avenida Japón. En 2015, el juez Hugo Vaca Narvaja le entregó a la familia la resolución  de la identificación de los restos. La sentencia del juicio Diedrichs Herrera reconoce la existencia material de los hechos pero aclara que en este y 30 casos más no hubo pruebas que acrediten que haya estado en La Perla.

2-Gustavo Correa trabajaba en el Frigorífico Mediterráneo, militaba en el PRT-ERP. Fue secuestrado en mayo de 1976. Los responsables del secuestro y desaparición fueron juzgados en la Megacausa “La Perla-La Ribera-D2”.

*Agencia Prensared| Foto principal ilustrativa Mercedes Ferreyra. Fotos interiores APM y Nicolás Castiglioni.

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