“El Fútbol es una gran plataforma para el Lavado de Dinero”

El periodista y diputado santafesino Carlos Del Frade denuncia los vínculos entre clubes, empresarios y barrabravas. Las realidades de Rosario y Córdoba.  “El fútbol tiene mucho que ver con el flujo de dinero sucio que se maneja en cualquier lugar del mundo, ya que es una gran plataforma para el lavado”, afirma. Respecto a Córdoba analiza que  hubo “una reconfiguración del negocio” a partir del 6 de setiembre de 1991, cuando asesinaron a Regino Maders.

Por Hugo Caric*

Carlos Del Frade (60) es periodista, escritor y diputado provincial santafesino del ‘Frente Amplio por la Soberanía’, y desde hace tiempo un profundo estudioso del fenómeno del narcotráfico y sus múltiples vínculos. De sus investigaciones dan cuenta varios libros, entre ellos ‘Ciudad Goleada 1’ (2005) y ‘Ciudad Goleada 2’ (2008), que ahondan en las promiscuas relaciones entre fútbol, lavado de dinero y poder.

En esas publicaciones, Del Frade hace foco en Central y Newell´s, los más populares clubes rosarinos, aunque también dedica algunas páginas al ‘vaciamiento’ que llevó primero a la quiebra y luego al gerenciamiento a los cordobeses Belgrano y Talleres, en los albores del presente siglo.

“Este ha sido un libro de fútbol que no habla de fútbol”, escribe el autor en el epílogo de uno de los mencionados trabajos. “Hablo del nuevo poder que ha surgido en la Argentina y en Rosario en la segunda mitad de los años noventa. Una especie de burguesía rantifusa y descarada que tomó el control de los clubes de fútbol para lograr impunidad y establecer desde allí dos tipos de acumulación de poder: económico y político”, puntualiza.

“Hoy está todo igual, o peor”, señala Del Frade en diálogo con revista El Sur. “Absolutamente”, remarca. “El fútbol tiene mucho que ver con el flujo de dinero sucio que se maneja en cualquier lugar del mundo, ya que es una gran plataforma para el lavado”, asegura. “Ya lo dijo alguna vez ese ‘célebre filósofo contemporáneo’ que fue Julio Humberto Grondona: ‘en la AFA no se pregunta por el origen del dinero’. Y eso es tal cual”, añade.

“No olvidemos que el mismo Grondona fue quien acercó a nuestro país a tipos como Carlos Ahumada Kurtz (ex gerenciador de Talleres) o Christian Bragarnik (omnipresente representante que en los últimos tiempos colocó futbolistas, entrenadores y hasta un director deportivo en Belgrano; y que se acercó a la anterior directiva de Central a partir del desembarco de Carlos Tevez como DT)”, subraya el comunicador y legislador rosarino. “Tanto Ahumada Kurtz como Bragarnik se desarrollaron en México trabajando para la familia de Carlos Hank González, que fue el más grande lavador de dinero que tuvo aquel país a través del Cártel de Sinaloa. No es casual el desembarco de estos personajes en el fútbol argentino a fines de los noventa y comienzos de los 2000; tiene que ver con la utilización del deporte como paraguas de impunidad”, subraya.

“Se trata de gerentes formados en el exterior y que desembarcan no sólo en Argentina sino que se expanden por toda Latinoamérica, y ahora también se están metiendo en España, tal el caso de Bragarnik en el Elche”, detalla Del Frade. Se muestra interesado en los movimientos del presidente de Talleres Andrés Fassi, hoy oscilantes entre Ciudad Juárez, Córdoba y Granada. Y a la pasada menciona a Carlos Granero, el primer empresario que manejó la post-quiebra de la ‘T’ y que años más tarde tuvo un fugaz paso por Newell´s, oficiando de asesor deportivo y comedido mecenas.

-En los últimos nueve meses, Rosario Central vendió cuatro de sus más promisorios futbolistas -Lautaro Blanco (Elche), Facundo Buonanotte (Brighton), Gino Infantino (Fiorentina) y Alejo Véliz (Tottenham)- por US$ 41,5 millones. ¿Qué pasó con esas operaciones?

-Ese dinero no está en Central, nadie sabe dónde está. Eso es lavado de activos y fuga de capitales, lisa y llanamente. Hay denuncias en la Justicia por esos pases, y lo mismo sucedió años atrás con otros negocios que hicieron nuestros clubes, pero nadie investiga. En Argentina y en cualquier lugar del mundo es muy grande el capital simbólico que representa ser presidente de un club popular, y la impunidad que eso otorga.

-¿Y las barras bravas de qué juegan en los clubes rosarinos?

-Las barras bravas son bandas narcos policiales, tanto en Central como en Newell´s. Hace tiempo que estos grupos han tomado los clubes. Ellos juegan en la cancha chica del fútbol, pero también en la cancha grande de la realidad. Como ahora no los dejan viajar a los partidos de visitantes, le dedican dos fines de semana al fútbol y el resto de los días del mes trabajan al servicio de otros intereses. Todo el mundo lo sabe, pero nadie hace demasiado. Aquí en Rosario tenemos el caso de ‘Pillín’ Bracamonte, que hace treinta años que es jefe de la barra de Central. Se trata, sin dudas, de un fenómeno especial.

-Bracamonte ha estado involucrado en los pases de muchos jugadores.

-Así es. Y la misma situación se dio en Newell´s, donde barrabravas llegaron a manejar pases de muchos pibes de las divisiones inferiores. El fútbol es tal vez el deporte más lindo que existe en el mundo, un lugar donde todos queremos estar, pero hoy es un gran negocio y está absolutamente utilizado para otros fines, tanto legales como ilegales. Y eso no se combate, porque en el capitalismo nadie combate el flujo de dinero.

Ser o no ser Rosario

Como nunca antes, el tema del narcotráfico atravesó las campañas políticas en Córdoba durante 2023. Acusaciones cruzadas, sospechas a la orden del día y una muletilla que los candidatos repitieron a más no poder: ‘No queremos ser como Rosario’. La discusión atravesó el fragor de la disputa electoral e interpeló directamente a la clase política en un acto público que encabezó el arzobispo cordobés Ángel Rossi frente a la Iglesia Catedral.

“Somos conscientes de que hay realidades que los ciudadanos del llano no podemos manejar, que superan nuestras modestas posibilidades: cuestiones de macroeconomías, de alta política, de juego de los poderosos, que ciertamente a la mayoría nos superan, pero que está al alcance de instituciones que sí pueden y deben administrar para el bien común”, expresó el sacerdote. Luego de aquellas palabras, Rossi recibió un ‘pedido de audiencia’ del ministro de Gobierno y Justicia Julián López.

Al respecto, Carlos del Frade es contundente: “Somos un país narco y eso excede a Rosario”. “Esta realidad consta en el último informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se difundió el pasado 26 de junio, donde Argentina figura como el tercer país exportador de cocaína, el segundo de metanfetaminas y el séptimo de marihuana”, detalla.

“Aquí el negocio narco comenzó hace 45 años, el 24 de abril de 1978, con un cargamento que llegó al puerto de Rosario desde Bolivia, con 200 kilos de cocaína que hicieron pasar como azúcar, y que fue recibido por el propio almirante (Emilio) Massera, uno de los tres miembros de la Junta Militar”, reseña el comunicador. “El narcotráfico arrancó como un negocio paraestatal de la dictadura argentina y esa primera ruta de exportación y otras que después se sumaron, como Colombia y Brasil, se mantuvieron en el tiempo, favorecidas por el mirar para otro lado de un Estado bobo y cómplice”, agrega.

Respecto a la situación de Córdoba, Del Frade asegura que hubo “una reconfiguración del negocio” a partir del 6 de setiembre de 1991, la fecha del asesinato del exsenador provincial Regino Maders. “Aquel episodio representó un cimbronazo muy grande para la estructura política provincial de esa época, con el angelocismo, el delasotismo y la figura de Luis Medina Allende (ex diputado provincial de la Unión Cívica Radical) de por medio”, enfatiza. “Hace varios años hice una investigación sobre aquel célebre episodio y lo presenté en la Legislatura de Córdoba”, comenta.

“Maders iba a denunciar la distribución de drogas que se hacía a través de las camionetas de la Empresa Provincial de Energía Eléctrica (EPEC) y con conocimiento pleno de algunos integrantes del Gobierno, y por eso lo mataron. Se trató de un crimen estructural, con una enorme complicidad de distintos poderes públicos y privados y de los partidos mayoritarios, que han mirado para otro lado. La planificación fue de tal magnitud, que hasta se logró que el pueblo cordobés no asumiera ese asesinato como un hecho directamente relacionado con el narcotráfico. Es evidente que la política necesitaba que se consolide esa construcción del olvido”, puntualiza.

“A partir de ese momento se ajustaron algunas clavijas; se corrigieron las zonas liberadas y se abrió un poco el juego, dando lugar al resurgimiento de bandas narco-policiales que funcionan como gobiernos de facto en los barrios, con conexiones formales e informales con el tráfico de armas y de drogas, dos pilares que tiene para sostenerse el capitalismo argentino”, afirma Del Frade. “A eso hay que añadir el boom inmobiliario que comienza más o menos en 2007, con epicentro en Rosario, Córdoba y Tigre, y que es otra vía para el lavado de dinero”, subraya.

-Entonces no es tan cierto eso de que ‘Córdoba no es como Rosario’.

-Es una idea que sirve como marketing y que es funcional a un pacto entre sectores políticos y policiales. En todo caso, la diferencia entre ambas ciudades es el número de asesinatos. Este dato tiene que ver con las numerosas bandas que operan en ese universo dislocado que constituye mi provincia y que tiene como principal protagonista a ‘La Santafesina Sociedad Anónima’, nuestra fuerza de seguridad. En Córdoba se mantiene más controlada la ‘tasa de tranquilidad’, que son menos de 100 asesinatos anuales, pero eso no quiere decir que el narcotráfico no exista.

-¿Y cuál es la responsabilidad de los gobernantes?

-El sistema capitalista funciona con cinco arterias que lo hacen latir: el petróleo; las armas (“hay muchísimas en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, y por eso se suceden tantos episodios violentos”), los medicamentos, el narcotráfico y la trata de personas. Estos negocios atraviesan de arriba hacia abajo las distintas capas del Estado, empezando por el nacional, siguiendo por los provinciales y terminando por los municipales. Lamentablemente es así. La corrupción tiene muchos nichos estatales.

*Periodista. Fuente Revista El Sur https://revistaelsur/ Imágenes ilustrativas CDF.

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