El proyecto del gobierno provincial para asfaltar la ruta E-64, que conecta La Calera con Malagueño, dividirá en dos el área protegida más grande del Gran Córdoba. Extrañamente, ningún funcionario provincial mencionó que este territorio es una reserva natural protegida. Preocupación por las consecuencias que podría ocasionar a la Reserva Natural de la Defensa La Calera (RND La Calera), que forma parte del sistema de áreas naturales federales de la Administración Nacional de Parques Nacionales (APN).
Por Daniel Díaz Romero*
Tras el anuncio oficial, expertos advierten que las implicancias ecológicas y patrimoniales son difíciles de cuantificar debido al incalculable valor de los servicios ambientales que la reserva aporta a toda la región: la pavimentación del camino podría abrir la puerta a futuros desarrollos inmobiliarios, desmembrando así el área natural más importante del Gran Córdoba, afectando gravemente además al Corredor Biológico de Sierras Chicas.
¿La razón de esta sospecha? Hace dos meses, el gobierno provincial consideró la posibilidad de canjear una parte de la deuda previsional -que la Nación mantiene con la provincia- por bienes inmuebles del Estado nacional en Córdoba, incluyendo las 13.360 hectáreas de la reserva.
La RND La Calera mantiene hasta ahora gran parte de su vegetación original en buen estado de conservación como consecuencia de las restricciones del uso militar de las tierras: recientes relevamientos registraron el regreso de diversas especies de la fauna autóctona a la región, como pumas, pecaríes, corzuelas, reptiles, anfibios y aves; habitantes de las áreas montañosas y de la llanura que contiene esta área protegida.
Según el gobierno, la obra demandaría inicialmente una inversión de 18 mil millones de pesos.

El gobernador Martín Llaryora junto al contador Julio Bañuelos -presidente de la empresa estatal Caminos de las Sierras S.A-, Fabián López -ministro de Infraestructura y Servicios Públicos-, y Manuel Calvo -ministro de Gobierno-, anunciaron la pavimentación de 9, 8 km de la ruta provincial E-64 que une las localidades de La Calera y Malagueño. El anuncio fue replicado por una especie de “cadena nacional” que en todos los medios repitió el habitual latiguillo fresa del gobierno provincial: “progreso”.
Sorprendió que el anuncio obviara que el camino de tierra está dentro de la Reserva Natural de la Defensa La Calera (RND La Calera) atravesándola de sur a norte, en tierras federales del Ministerio de Defensa, donde se asienta desde hace 52 años la Segunda División de Ejército Argentino «Ejército del Norte», conocido como el Tercer Cuerpo de Ejército.
El área natural protegida en cuestión está bajo la tutela del Ejército Argentino y la Administración de Parques Nacionales (APN) con el asesoramiento de organizaciones civiles. El anuncio, según pudo establecer Sala de Prensa Ambiental, generó sorpresa y malestar entre estas instituciones que gestionan la reserva: por alguna razón el gobierno provincial no les ha comunicado formalmente el proyecto.
Es por eso que el Foro Ambiental Córdoba giró hace unos días una nota a Victoria Flores, ministra de Ambiente y Economía Circular de la provincia exigiendo que, como autoridad del área, se realice el Estudio de Impacto Ambiental y convoque a una Audiencia Pública. Algo que el Foro también le solicitó a Flores para el caso del Acueducto Santa Fe – Córdoba, con una respuesta negativa por parte de la ministra de Ambiente.
Un camino de derechos humanos y servicios ambientales
La ruta provincial E-64 guarda una historia: fue utilizada por el terrorismo de Estado para trasladar a los detenidos de La Perla que luego fueron asesinados en las inmediaciones de ese ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Extermino que se encuentra dentro de la reserva, también. Una de las razones para que no haya cambio de uso de suelo en el lugar: ese territorio necesita ser preservado para las investigaciones sobre la búsqueda de los restos de desaparecidos.
Pero además de esa carga histórica, las consecuencias que comienzan a advertir los especialistas son múltiples y variadas: fragmentación del área resguardada, desprotección de cuencas, pérdida de suelo y de vegetación nativa, incremento del riesgo de incendios forestales y de accidentes viales, atropellamiento de fauna silvestre, pérdida del hábitat de estas especies, pérdida de patrimonio histórico-arqueológico, de la biodiversidad, incremento de las intrusiones no autorizadas en el área protegida y fragmentación del paisaje, entre las más notables.

El plan canje cordobesista
Hace un mes, los diarios porteños más tradicionales cronicaban que el gobierno de Llaryora negociaba parte de la deuda previsional que el Estado nacional mantiene con la provincia: evaluaban un canje por una parte de esos compromisos recibiendo bienes inmuebles de la Nación, es decir tierras fiscales. Entre ellas, la Reserva Natural de la Defensa La Calera que, de esa forma, pasaría a manos de la provincia. Desde hace décadas, esas tierras son apetecidas -sin ningún disimulo- por las corporaciones inmobiliarias: urbanizar la reserva a fuerza de la instalación de countryes. ¿El ejemplo más cercano? La vecina ciudad de La Calera.
Organizaciones vecinales con una larga trayectoria de participación ciudadana han encendido las alarmas ante una combinación que consideran fatal y que podría ser el tiro de gracia para el área natural protegida: la pavimentación de un camino que facilitaría el acceso para la construcción de nuevos countrys en un paisaje idílico. Esta situación ha generado gran preocupación, especialmente porque el gobierno cordobés y sus funcionarios no suelen tolerar los procesos participativos que se oponen a los proyectos gubernamentales.
¿Qué hace aún más incierto el futuro de la reserva? Un detalle no muy conocido: un asesor de Martín Llaryora en materia ambiental forma parte del directorio de la Administración de Parques Nacionales: Guillermo Díaz Cornejo, es un cordobesista libertario, cercano a Manuel Tagle, actual presidente de la Bolsa de Comercio de Córdoba. Díaz Cornejo es uno de los tantos funcionarios que el “cordobesismo” le ha ofrendado al gobierno de Javier Milei.
El proyecto vial amenaza terrenos protegidos por el Estado nacional, esenciales para Córdoba, Carlos Paz, La Calera y Malagueño. Este camino de tierra a pavimentar, que atraviesa montes nativos, dividirá el mayor pulmón verde del Gran Córdoba, una reserva de biodiversidad crucial para la fauna, flora, suelo y agua, en una provincia con solo el 2,8% de su bosque original en buen estado de conservación.
Un tesoro silenciosos a 20 minutos del centro
La Reserva Natural de la Defensa La Calera nació de un singular proceso de participación ciudadana iniciado en 2007, con el apoyo técnico del Aula Abierta de Montaña de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). En él, organizaciones sociales de la localidad calerense y de la ciudad de Córdoba se constituyeron en el Grupo EsCALERA, poniendo el foco en la necesidad de proteger este territorio. Esta iniciativa logró que el Poder Ejecutivo Nacional lo declarase Reserva Natural de la Defensa, un área protegida del sistema federal creado por un convenio marco de colaboración recíproca, celebrado entre el Ministerio de Defensa de la Nación y la Administración de Parques Nacionales.
En Córdoba se encuentran dos de esas áreas protegidas: la Reserva Natural de la Defensa Ascochinga y la Reserva Natural de la Defensa La Calera, que constituyen el extremo norte y sur del Corredor Ambiental de Sierras Chicas creado en 2015, con el consenso de comunas y municipios; también con el apoyo de autoridades de aplicación ambiental, tanto nacionales como provincial.
Emiliano Salguero es biólogo e integrante del grupo EsCalera. En diálogo con Sala de Prensa Ambiental explica que “La RND La Calera, creada el 3 de julio de 2009, es geoestratégica para Córdoba. Funciona como pulmón verde principal y un organizador territorial clave del área metropolitana. La urbanización de esta reserva sería un grave problema económico para la ciudad, ya extensa y con desafíos de transporte e infraestructura. Es crucial detener la expansión urbana y planificar el territorio para un progreso real y una mejor calidad de vida en la capital cordobesa y su área metropolitana”, expresa Salguero. “Además -agrega el biólogo- la RND La Calera es el límite sur del Corredor Biogeográfico de Sierras Chicas que necesita de una continuidad biológica para la preservación de fauna y de flora del Chaco Serrano y el Espinal”.
Desde el punto de vista ambiental, la Reserva de la Defensa La Calera conserva una superficie aproximada de 4.000 hectáreas (de un total de 13.360) que pertenecen al bosque del Espinal, un ecosistema que no está protegido en ninguna otra región del Sistema Federal de Áreas Naturales Protegidas.
El biólogo Salguero da cuenta que «la reserva es vital por sus valores culturales, patrimoniales y como reservorio de agua. Regula las cuencas hídricas, previniendo tragedias e inundaciones en Córdoba y La Calera. Su bosque facilita la infiltración del suelo, lo que ha sido comprobado por estudios científicos, enfatizando la importancia de conservar sus servicios ambientales para toda la región metropolitana».
La reserva es un área protegida que prioriza la conservación del agua (cuenca del Río Suquía) y la fauna silvestre en retroceso en Córdoba. Especies como el puma, yaguarundí, corzuela parda, hurón menor, pecarí de collar, sapito de colores, reina mora, rey del bosque, carpintero negro y carpintero lomo blanco sufren la disminución poblacional debido a la pérdida y fragmentación del hábitat por incendios, desmontes, agrotóxicos y caza furtiva.
La RND La Calera es clave para la conservación: protege la transición entre el bosque Chaqueño Serrano y el casi extinto bosque de Espinal. Córdoba ha perdido más del 97% de su bosque nativo, implicando una dramática pérdida de servicios ecosistémicos. Alterar el equilibrio de la reserva significaría perder las últimas barreras naturales contra la crisis climática, que trae aumento de temperatura, sequías/inundaciones e invasiones de especies exóticas peligrosas (Aedes aegypti, jabalí, siempreverde).
El ingeniero agrónomo Atilio Palacios, fue el coordinador del Aula Abierta de Montaña que tuvo un importante rol en la creación de la RND La Calera y, en diálogo con Sala de Prensa Ambiental indica que “la reserva tiene un destacado valor geopolítico, ya que sus 13.360 hectáreas ubicadas de este a oeste entre Córdoba Capital y Villa Carlos Paz y, de norte a sur, entre La Calera y Malagueño, incluyen el ex Centro de Detención, Tortura y Exterminio “La Perla”. Para el ingeniero Palacios el área natural representa un imprescindible y muy necesario regulador del crecimiento de Córdoba Capital y de su área metropolitana: “su hidrografía, cuencas y cursos superficiales sumados al agua subterránea constituyen la última fuente potable con calidad para consumo humano que tienen los cordobeses de capital y del área metropolitana; en especial del arco noroeste-suroeste. Esto, debido a la muy escasa presencia de asentamientos humanos en sus cuencas”.

Marilina Sfardini, vecina de La Calera indica que “la RND La Calera tiene una importancia que va más allá del paisaje y la protección ambiental. Brinda servicios vitales para una buena calidad de vida, no sólo a los habitantes de la capital provincial, sino también a las localidades aledañas. Provee oxígeno, resguarda la biodiversidad y actúa como una esponja frente a las lluvias torrenciales, evitando grandes catástrofes que, con el avance del cambio climático global, serán cada vez más severas e intensas”, advierte.
María Luz Cammisa, ex asesora del Observatorio de Derechos Humanos de la Nación y Magister en Formulación, Evaluación y Administración de Proyectos de Inversión, expresa que “la RND La Calera es un espacio natural de gran valor dentro de una conurbación hacia el oeste de la ciudad de Córdoba que involucra a otras ciudades como Malagueño, Carlos Paz y La Calera hasta el paredón del dique San Roque. A lo largo de estos quince años en que trabajamos fortaleciendo esta reserva han crecido urbanizaciones en sus alrededores, y va a continuar el proceso de urbanización en la medida en que no se planifique integralmente el territorio”.
Javier Bernasconi tiene 11 años de experiencia en el territorio de la RND La Calera, como coordinador de proyectos y brigadista forestal de la Asociación Civil El Cuenco y expresa que “el valor estratégico de la reserva es que es un gran pulmón enclavado entre dos grandes ciudades como Córdoba y Carlos Paz, y con dos ciudades dormitorio que son enormes como Calera y Malagueño, a la que se le puede sumar San Nicolás también. Es decir que la RND La Calera ya está totalmente rodeada por grandes ciudades que necesitan de pulmones verdes”. Bernasconi da cuenta de un dato para entender el valor de esta área protegida: más del 60% de la cuenca del río Suquía nace en esta reserva. “Es una gran fuente de agua en un territorio que prácticamente no está urbanizado, es decir que los cordobeses tenemos ahí un tanque de agua limpio”.
Pavimentando la biodiversidad
Actualmente, el camino provincial E-64 muestra un bajísimo uso vehicular, lo que reduce a su mínima expresión los impactos negativos sobre la fauna, la vegetación cercana y el ecosistema en general.
Al respecto, el ing. agr. Palacios opina que “el proyecto de pavimentación del camino sin duda es para promover la circulación vehicular, pero no entre Malagueño y La Calera, sino para formar parte de la circulación periférica hacia el área metropolitana, es decir los anillos de circunvalación del IPLAM (Instituto de Planificación Metropolitana)” y agrega que “es importante destacar que la circulación vehicular será muy intensa, similar a la actual Avenida de Circunvalación, pero atravesando un área natural protegida. Aunque el asfalto inicial sea de un carril por mano, es probable que se amplíe rápidamente a dos vías por mano con cantero central, alcanzando unos 200 metros de ancho, como el resto de la circunvalación” indica Palacios.
Respecto de las consecuencias que puede traer este proyecto, el especialista indica que se puede vislumbrar “el riesgo extremo de urbanización del territorio de la reserva, de contaminación del agua superficial y subterránea que es el último recurso potable de los cordobeses en un futuro cercano. Pero además, provocará la fragmentación de estos hábitats naturales”.
Javier Bernasconi señala que “el proyecto anunciado por el gobernador Martín Llaryora arranca con un error significativo en el comunicado oficial en el que habla de la pavimentación del tramo conocido como Camino Calera-Malagueño, mal llamado Ochoa, ya que ese es otro sector de la reserva” y continúa diciendo que “actualmente, el camino de tierra es apenas transitado por algunos habitantes de la Calera y de Malagueño que no buscan una conectividad en función de una necesidad vial concreta. El anuncio del gobierno provincial permite pensar que este sector de bosque nativo terminará con un cambio de uso de suelo y, de ese modo, pasaría de preservación de un área natural protegida y de uso militar a un uso inmobiliario para el desarrollo de barrios cerrados, con la clara intención de desarrollar la mancha urbana de La Calera, Malagueño y Córdoba. Como si fuera poco, esto sería un grave antecedente para todas las áreas naturales protegidas federales”.
Bernasconi resalta que “la comunidad de La Calera ya se expresó frente al Ente Metropolitano cuando intentó bajar la línea que era necesaria una conectividad entre Calera y Malagueño, y los participantes plantearon lo contrario en los talleres participativos que impulsó ese organismo dejando en claro que la importancia mayor para pensar el ordenamiento de la zona no era la necesidad vial sino lo ambiental” y agrega que “la pavimentación tal vez responda a la demanda del sector minero para transportar lo extraído en las canteras de la región”, explica el brigadista forestal.
A cuánto el metro de reserva : ¿Un trueque cordobesista?
Palacios enfatiza que “la intención de canjear deuda nacional (con la Caja Previsional de la provincia) con áreas protegidas es una aberración monetarista sobre bienes intangibles que son de todos los argentinos. Las áreas protegidas están resguardadas por ley y fuera del valor de mercado de la tierra”, concluye Palacios.
A su turno, Sfardini advierte que “asfaltar esta zona equivale a sentenciar su desaparición como área natural protegida; es condenar a muerte a la flora y la fauna, y llenar este espacio de contaminación sonora y lumínica. Es abrir la puerta a su explotación inmobiliaria fragmentando el territorio”. La vecina calerense agrega que “se sigue asociando al asfalto con el progreso; se lo mira con ojos de rentabilidad, de comodidad para los vehículos, de supuesta mejora para la circulación humana. La velocidad parece ser lo más importante… y nos olvidamos que vivimos gracias a lo que la naturaleza nos brinda”.

El biólogo Salguero expresa que “por supuesto que peligra la RND La Calera si consideramos este supuesto paso de tierras fiscales nacionales a la provincia a cambio de deuda previsional, peor aún es que peligraría todo el Corredor Biogeográfico de Sierras Chicas. También, hay que decirlo en estos términos, peligra la calidad de vida en la ciudad de Córdoba, no sólo la reserva”.
Salguero agrega que “La obra puede aumentar la concurrencia de incendios forestales, como ocurre en casi todos los caminos provinciales al tener mayor circulación de vehículos. Pero además, estamos hablando de un problema más grave todavía: el gobierno provincial no ha tenido en cuenta las demandas y opiniones de las instituciones intermedias, como por ejemplo la organizaciones de derechos humanos, ni tampoco de los organismos ambientales ni de los pobladores del lugar”, sentencia el integrante del grupo EsCalera.
En otro sentido, Bernasconi como brigadista forestal que ha trabajado durante años junto a los cuarteles de Bomberos Voluntarios de Malagueño y La Calera en tareas de prevención y combate del fuego en jurisdicción de la RND La Calera, afirma que “a este camino de tierra (ruta E-64) lo usamos desde hace años como vía de circulación en materia de prevención y manejo de incendios, no estamos de acuerdo con transformarlo en una ruta porque es una traza bien mantenida que nos permite circular rápidamente de punta a punta y para nosotros es una vía central para el manejo de fuego en la reserva por la diversificación de entradas que tiene hacia adentro de la zona serrana y de llanura”.
En los temas ambientales de fondo, en Córdoba hay un Estado ausente por lo que es fundamental que los funcionarios de turno desarrollen conciencia pero también coherencia entre lo discursivo y las decisiones políticas que finalmente toman, antes que sea demasiado tarde.
Anunciar mediáticamente una obra de gran impacto socioambiental que atraviesa un área natural protegida del sistema nacional de Defensa, sin una consulta pública previa que incluya a vecinos, grupos de interés sectoriales e instituciones de gestión territorial como APN, Ejército Argentino y Asambleas Ambientales entre otros, es una acción invasiva y antidemocrática. Esto contradice el discurso de que «a Córdoba la hacemos entre todos».
El anuncio oficial de un proyecto de esta índole no respeta a las comunidades, ni los años de construcción colectiva de los espacios naturales, ni el ambiente, ni el desarrollo sostenible que integra a las personas. Por el contrario, se percibe como una imposición impulsada por intereses sectoriales de unos pocos.
La Reserva Natural de la Defensa La Calera fue concebida a la luz de un proceso participativo y democrático que llevó varios años y que puso a la ciudadanía en lucha, organización y consenso para «decidirse a decidir» que quería hacer con ese espacio natural tan apreciado por la comunidad.
La provincia tiene una deuda pendiente con el ordenamiento ambiental participativo, el progreso genuino y la conservación.
*Periodista, miembro de Sala Ambiental, periodismo con agenda propia. Fuente https://www.periodismoambiental.com.ar/Foto principal Pablo Sigismondi; las otras, pertencen a Juan Orco.
www.prensared.org.ar