Relato en primera persona. El hermano de Cecilia Basaldúa, habla de su hermana mayor, asesinada en Capilla del Monte. Cuenta cómo era, qué cosas la apasionaban, qué proyectos tenía y cómo se enteró la familia de una supuesta decisión de irse del lugar donde estaba. Pide justicia.
Por Guillermo Basaldúa*
Recuerdo a Cecilia jugando a la pelota, haciendo taekwondo o corriendo… Mi papá corría maratones y nosotros queríamos ser como él; entonces, salíamos juntos a dar una vuelta a la manzana y él nos esperaba en la puerta de la casa. Cecilia era una persona muy sensible, y siempre ayudaba a la gente. Era la mayor de los cuatro y le encantaba viajar. No se podía quedar en Buenos Aires; conocer lugares nuevos era su pasión.
Se dedicaba a hacer artesanías. Recientemente había vuelto de recorrer Latinoamérica después de casi cinco años, y estaba escribiendo un libro sobre su viaje. Su idea era instalarse en Córdoba para terminarlo; llegó a Capilla del Monte donde se quedó a pasar la cuarentena en una modesta casa a la vera de un río. Le gustaba mucho el lugar: estaba aprendiendo a hacer huerta. La última comunicación con ella la tuvimos el 4 de abril.
El miércoles 8 una persona llamó a mi papá, le dijo que mi hermana había estado parando en su casa y que el domingo 5 le había agarrado un brote psicótico; que se había ido llevándose su mochila y su carpa, dejando en el lugar sus otras pertenencias, y que desde ese momento no sabía nada de ella. Nos pareció muy extraño, Cecilia nunca había tenido este tipo de reacciones. Inmediatamente realicé la denuncia en la comisaría que está cerca de mi barrio y nos comunicamos con familiares en Córdoba para que hicieran lo mismo.
Ese miércoles a la noche indagaron al hombre que nos había llamado, al día siguiente allanaron su casa, y comenzó la búsqueda de mi hermana. Ahí viajamos mi primo, mi tío y yo. Al principio había secreto de sumario y la fiscal Paula Kelm no nos dió mucha información. Pasaban los días y no aparecía. El viernes 24 viajaron mi mamá y mi papá. Al día siguiente, encontraron a mi hermana. Y desde ese momento, cambió todo.
La situación preocupa y alarma, todos los días tenemos noticias de chicas que desaparecen y aparecen muertas después. Evidentemente, algo está fallando en el accionar del Estado. Por eso, por mi hermana, hoy grito porque se haga justicia.
*Hermano. Publicación de Redacción La Poderosa.
Imagen principal Diario 26